LUCHA CONTRA EL TERRORISMO YIHADISTA

Alemania construirá una base militar en Turquía para combatir al Estado Islámico

El Ejército alemán destinará 65 millones de euros en la construccion de un enclave para poder desplegar aviones de combate y en el envío de 400 soldados permanentes

Un avión militar de transporte turco, aparcado en la base aérea de Incirlik, en la ciudad sureña de Adana, en julio del 2015.

Un avión militar de transporte turco, aparcado en la base aérea de Incirlik, en la ciudad sureña de Adana, en julio del 2015. / periodico

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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Pocas horas después de que el presidente de Estados Unidos Barack Obama pidiese desde Hannóver un mayor esfuerzo a la Unión Europea (UE) para combatir el terrorismoAlemania ha movido ficha. Según informa 'Der Spiegel', Berlín estaría planeando la construcción de una base militar aérea permanente en Turquía para combatir al grupo autoproclamado Estado Islámico (EI).

De acuerdo con los documentos de planificación internos obtenidos por la revista alemana, el Ministerio de Defensa pretende destinar hasta 65 millones de euros para construir un puesto para la aviación, alojamiento para 400 soldados de forma permanente y un puesto de mando en la base militar de Incirlik, al sur de Turquía.

Berlín y Ankara aún siguen negociando el despliegue a largo plazo de los soldados. La creación de un puesto de mando para gestionar y controlar todas las operaciones aéreas en territorio enemigo añadirá hasta 34 millones de euros más a las previsiones de un presupuesto ya aprobado por el departamento de finanzas.

Las autoridades alemanas esperan que el proyecto sea finalizado en verano del 2017 pero las dificultades para organizar la construcción en una zona donde solo pueden operar compañías turcas hace pensar en que se superará la fecha límite establecida. Como miembro de la OTAN Turquía tenía hasta ahora la responsabilidad de mantener a sus aliados en el territorio, algo que puede cambiar con el despliegue permanente de Alemania.

MAYOR PRESENCIA MILITAR

En los últimos meses, el Bundeswehr, el ejército alemán, ya se ha servido de las instalaciones aéreas de Incirlik, una de las mayores bases militares del país euroasiático, para estacionar seis de sus cazabombarderos Tornado que han participado en la campaña para derrotar al Estado Islámico.

El pasado 4 de diciembre el Parlamento federal dio luz verde a una misión militar contra el terrorismo que además de la aviación también incluía el despliegue de 200 soldados. “La intervención alemana es un gesto simbólico de solidaridad con Francia (que acababa de ser golpeada por los atentados), una demostración de auxilio que no responde a una verdadera necesidad estratégico-militar, pero la creación de una base militar ya es algo más que eso”, asegura el especialista en relaciones internacionales Marcos Suárez Sipmann.

La acción de Alemania en Siria y en Irak se limitará a las misiones de reconocimiento. Como apunta el politólogo hispano-alemán, la palabra guerra sigue siendo un tabú en Alemania, un país profundamente marcado por su pasado bélico.

El escepticismo social a entrar en combate va más allá de la memoria colectiva y actualmente también se debe al temor de una mayoría de los alemanes (entre un 63 y 75%) a que ello aumente la probabilidad de sufrir atentados como los de París o Bruselas.

Con este gesto Alemania busca ahora una nueva base militar permanente enfocada a Asia después que el pasado diciembre se cerrase la base de Termez, en Uzbekistán. En Incirlik también operan otras fuerzas internacionales como la aviación estadounidense o la saudí.

COMPROMISO CON LA UE

La decisión de Berlín de ampliar su presencia militar internacional no supone un cambio en la política exterior del país. “Setenta años después del final de la segunda guerra mundial, Alemania sigue siendo cautelosa y extremadamente reacia a la hora de desplegar sus tropas fuera de la OTAN”, asegura Suárez Sipmann.

A pesar de que en los últimos meses Alemania ha reforzado su participación militar en Sira, Irak y Mali, Sipmann afirma en unanálisisal portal 'Estudios de Política Exterior' que esto se debe a un mayor compromiso con la política de defensa de la Unión Europea. “Reforzar el eje franco-alemán es fundamental en una UE debilitada por la crisis del euro y obstaculizada por la llegada de refugiados”, añade. Berlín sigue con los pies de plomo.