Alemania tenía datos concretos del vínculo del terrorista de Berlín con Estado Islámico

Policía de Berlín admite sus dudas sobre implicación del detenido en atentado

Policía de Berlín admite sus dudas sobre implicación del detenido en atentado / bvj fpt MS CDV

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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La investigación sobre el presunto autor del atentado terrorista de Berlín que el pasado 19 de diciembre causó 12 muertos y 48 heridos llega ahora a Suiza. Según su fiscalía general y como ha avanzado la radio alemana ZDF, el tunecino Anis Amri podría haber visitado varias veces el país y se baraja la posibilidad de que ahí adquiriese el arma, una pistola de la marca Erma, que utilizó en el atentado y también en el tiroteo de Milán que terminó con su vida.

La fiscalía suiza ha abierto una investigación criminal para esclarecer el vínculo de Amri con el país, donde en algunas ciudades hay una fuerte escena yihadista. Su portavoz, André Marty, ha añadido que también se estudiará si el hombre que estrelló intencionadamente un camión contra el concurrido mercadillo navideño berlinés de Breitscheidplatz contó allí con la participación y ayuda cómplice de alguna organización criminal.

Este domingo también se ha conocido que las autoridades de Renania del Norte-Westfalia, el länd alemán occidental en el que residió Amri, poseían datos concretos que certificaban la conexión entre el tunecino y el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI). Así, según ha señalado el diario local ‘Neue Ruhr/Neue Rhein Zeitung’, la policía obtuvo la información después de que otros residentes en el centro de refugiados de la ciudad de Emmerich contactasen con las autoridades migratorias para denunciarlo. También se ha dado a conocer que Amri fue encerrado en la prisión alemana de Ravensburg al llegar al país después que la policía lo detuviese por tener dos pasaportes italianos y droga en su posesión.

De esta manera se refuerzan las informaciones publicadas el miércoles por el ‘Süddeutsche Zeitung’  en las que se asegura que Amri estaba bajo constante vigilancia de las fuerzas de seguridad alemanas desde finales del 2015 y que los servicios de inteligencia eran conocedores de su vínculo con el EI y de que pretendía construir bombas caseras. El jueves las autoridades de Renania del Norte-Westfalia aseguraron que tenían indicios que apuntaban a que Amri quería matar “en nombre de Alá” y a que quedó en Berlín con otro simpatizante salafista.

CAMBIOS EN EL SISTEMA DE SEGURIDAD

Los graves fallos en el sistema de seguridad alemán que ha destapado el atentado de Berlín ya han forzado a la clase política a mover ficha. El pasado jueves el ministro del Interior, Thomas de Maizière, presentó una propuesta para recentralizar las competencias de seguridad para reforzar la lucha contra el terrorismo. Esta polémica iniciativa, que nace muerta por el malestar que ha generado en un país con un federalismo tan arraigado como Alemania, pretende ser un señal de fuerza del Ejecutivo. Actualmente, solo el 36% de los alemanes confían en sus servicios de inteligencia.

Por otro lado, en una carta al ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’ De Maizière también propuso otras medidas de mano dura como acelerar la expulsión de los inmigrantes a los que se les rechace la solicitud de asilo o abrir centros de detención al lado de los aeropuertos para retener a estas personas hasta que se las expulse del país. Así se pretende también contrarrestar el auge del partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), que esta semana ha visto en los sondeos como tras el atentado su músculo electoral ha crecido hasta su máximo histórico de un 15% de la intención de voto, que lo confirmaría como tercera fuerza del país.