Alemania acoge con reticencias el plan de reformas griego

Hollande y Renzi secundan a Tsipras y se muestran confiados en un acuerdo

Alexis Tsipras, ayer, aplaudido por los diputados de Syriza en el Parlamento.

Alexis Tsipras, ayer, aplaudido por los diputados de Syriza en el Parlamento.

OLGA GRAU / BRUSELAS (enviada especial)

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El Eurogrupo celebra el sábado en Bruselas una reunión extraordinaria de gran trascendencia en la que los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro deberán decidir si aceptan negociar el tercer rescate para Grecia o bien dejan caer al país en la bancarrota y precipitan el Grexit. Los responsables de Finanzas de la eurozona tendrán sobre su mesa el plan de reformas griego remitido por el Ejecutivo de Alexis Tsipras el jueves por la noche y deberán discutirlo en profundidad en base a las recomendaciones que han hecho llegar las instituciones.

Ayer se celebró ya una teleconferencia previa en la que participaron la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi; el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijssembloum.

El paquete de medidas, con un impacto de 12.000 millones de euros en dos años, es prácticamente idéntico al que fue rechazado por los griegos en el referéndum y fue acogido ayer con reticencias por parte de Alemania, principal acreedor de Grecia, Holanda, Eslovaquia y Lituania. Los principales apoyos vinieron de parte de Francia y de Italia, aliados habituales del Ejecutivo heleno.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, uno de los principales defensores a ultranza de la ortodoxia de la austeridad, ya avanzó que «no bastará con volver a empaquetar las propuestas de finales de junio» que fueron rechazadas por Alexis Tsipras y le llevaron a convocar un referéndum. La postura del ministro de Angela Merkel fue ligeramente suavizada por sus socios de gobierno del SPD, que calificaron la propuesta griega de «seria».

Los países bálticos, los más beligerantes en contra de la resistencia de Grecia a aplicar ajustes que ellos han llevado a cabo en sus países, también dispararon con bala. El primer ministro eslovaco, Peter Kazimir, ironizó sobre la capitulación griega: «Uno se pregunta cómo de rápido se puede convertir una oruga en una mariposa», afirmó en su cuenta de Twitter. Por su parte, la presidenta lituana Dalia Grybauskaite aseguró que «las reformas parecen insuficientes» y parecen basadas «en información antigua».

Heridas profundas

Los últimos cinco meses de negociaciones con el Gobierno de Syriza han dejado heridas profundas difíciles de restañar en 48 horas. Lo dejó claro el primer ministro holandés, Mark Rutte, quien afirmó que «el Gobierno griego está lejos de reparar la confianza» después de lo ocurrido en los últimos meses.

Al lado de Grecia se situaron sus aliados habituales. El más explícito fue de nuevo el presidente francés François Hollande, quien fue el primer en saludar la propuesta griega, que a su parecer «demuestra su determinación de permanecer en la zona euro». El primer ministro italiano, Matteo Renzi, también se mostró confiado en un acuerdo.

La eurozona atraviesa el momento más delicado de su historia. Los líderes europeos dieron un ultimátum a Grecia el pasado martes en la cumbre europea celebrada en Bruselas para que solicitara un rescate y presentara un plan de reformas creíble antes del jueves a las 12 de la noche. Esta vez Grecia ha cumplido todos los plazos, pero falta por saber si el paquete de reformas es suficiente para la troika y el Eurogrupo. No es la primera vez que las negociaciones parecen encarriladas y se rompe la baraja en el último minuto.

La diferencia ahora es que el país heleno se encuentra con los bancos cerrados desde el 29 de junio debido a la fuga de depósitos y a la falta de liquidez. El país no pudo pagar el pasado 30 de junio los 1.600 millones de euros que le debe al FMI y no puede hacer frente al vencimiento de 3.500 millones de euros al BCE el 20 de julio. La situación se ha deteriorado de forma importante en las dos últimas semanas. Los bancos griegos necesitarán someterse a una nueva recapitalización de entre 10.000 y 14.000 millones de euros en el caso de que se alcance un acuerdo este fin de semana con los acreedores y permanecerán cerrados hasta finales de la semana próxima, según informaron ayer fuentes bancarias a la agencia Reuters.

El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, publicó ayer en su blog que Grecia podría necesitar más de 60.000 millones de euros ante la necesidad de recapitalización de la banca. Blanchard se reafirmó en que el país «necesita un alivio de su deuda» superior al sugerido por el FMI del 30%. En el Eurogrupo se abordará hoy también el tema de la deuda, según fuentes europeas.