CONTROVERSIA EN LA CAPITAL ITALIANA

El alcalde de Roma dimite por unos gastos de 20.000 euros

Ciudadanos romanos protestan contra el alcalde Marino, este jueves.

Ciudadanos romanos protestan contra el alcalde Marino, este jueves. / AFP / ANDREAS SOLARO

IRENE SAVIO / ROMA

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La plaza del Capitolio, sede del Ayuntamiento de Roma, ofrecía este jueves un retrato dantesco de la capital italiana. Frente a decenas de antidisturbios, grupos de ciudadanos gritaron eslóganes contra el alcalde, Ignazio Marino«'Bye-bye', Marino»; «Dimisión, dimisión!», gritaron unos. «Marino, resiste»; «No nos abandones», se leía en los carteles de otros.

Así se gestó una exaltada jornada que finalmente acabó con la dimisión de Marino, descabezando el Ayuntamiento de Roma dos años después de las elecciones y en medio de un grave escándalo de corrupción, el caso denominado 'Mafia Capitale'. Una dimisión que se originó, paradójicamente, por la decisión del alcalde de hacer públicas todas las facturas de sus gastos. Ellas dieron pie a la acusación de que Marino gastó de forma injustificada unos 20.000 euros con la tarjeta del consistorio. La prensa divulgó que los usó para cenas con la familia. Él aseguró que fueron gastos de representación, pero prometió devolverlos.

«En estos dos años he gastado con la tarjeta de crédito menos de 20.000 euros en representación y los he gastado en el interés de la ciudad. ¿De esto se me acusa? De acuerdo, he decidido regalarlos de mi bolsillo a Roma y no tener tarjeta de crédito del ayuntamiento a mi nombre», señaló antes de anunciar su dimisión.

No fue suficiente. Dimitieron primero el teniente de alcalde de Roma, Marco Causi, y el concejal Stefano Esposito, entre otros, a raíz de la decisión del Partido Democrático (PD) -la formación de Marino- de quitarle su respaldo. Y renunció.

Esta noche difundió una carta en la que indicó que sin él el ayuntamiento será «tomado por la corrupción» y que se da un plazo de 20 días para reconsiderar la dimisión. «En estos dos años he cambiado un sistema de gobierno basado en la sumisión a los lobis y a los poderes criminales. No sabía, nadie sabía, lo grave que era la situación, qué nivel de connivencia había entre política y mafia. Todos mis esfuerzos generaron reacciones furiosas. Desde el inicio de mi mandato hubo intentos de revertir el voto democrático de los romanos».

El asunto de los gastos dio munición valiosa a sus opositores, que contaron con el respaldo de la Iglesia católica, molesta por el apoyo de Marino a las uniones de homosexuales. El papa Francisco también pareció participar de las críticas.

REMITIR DOCUMENTACIÓN

La crisis romana se enmarca en el caso 'Mafia Capitale'. Este escándalo, destapado en diciembre del 2014 por los fiscales italianos, sacó a la luz que la degradación de Roma se originaba en una extensa red de políticos y funcionarios a sueldo que se encargaban de conceder irregularmente los contratos más suculentos. Una mafia que actuó ante todo durante los anteriores mandatos de los izquierdistas Francesco Rutelli Walter Veltroni y del posfascista Gianni Alemanno.

«Fui yo quien le presentó a los fiscales la documentación de todo lo que me parecía extraño en la alcaldía», se defendía estos días Marino, cirujano de profesión. Después de esto, y a pesar de la fama de Marino de hombre excéntrico pero honesto, Roma vivió meses de tensión apenas vistos en los últimos tiempos.