Y Gustavo Petro volvió a su despacho

Gustavo Petro ha vuelto a su despacho como alcalde de Bogotá, la capital de Colombia. Los tribunales le han dado la razón y el presidente del país, Juan Manual Santos, ha tenido que envainarse iras y dudas legales en un conflicto que ha centrado el espectáculo político del país en los últimos meses.  

Gustavo Petro avanzó por la Carrera 7a, una de las avenidas más importantes de Bogotá, acompañado de unos 300 seguidores. A paso lento llegó al palacio Liévano para tomar otra vez posesión de su cargo de alcalde de la capital colombiana. Los policías que custodiaban la sede lo observaron atravesar el pasillo con cierto desconcierto. Petro entró a su despacho en medio de globos, mariposas de papel y pétalos de rosa, todos estos amarillos. En el aire sonaba música de ballenato. El gran culebrón político-jurídico de Colombia parece haber llegado a su fin.

Petro había sido destituido por supuesto mal desempeño de sus funciones. Pero al presidente Juan Manuel Santos no le quedó otra alternativa que devolverlo a su puesto después que integrantes del Tribunal Superior de Bogotá aceptaran las medidas cautelares que le había concedido a Petro la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 19 de marzo. De esta manera, el exguerrillero del M-19 fue "ex alcalde" por escasas semanas. El Procurador General, Alejandro Ordóñez, no solo lo había echado el pasado 9 de diciembre. También lo había inhabilitado para ejercer cargos públicos por 15 años.

Y Santos, que en principio validó la destitución, amparándose en la legalidad institucional, tuvo que volver sobre sus pasos. "Los jueces me ordenan restituir al alcalde Petro y he firmado el decreto correspondiente… No tengo alternativa, es mi obligación, algunos les puede gustar a otros no", dijo lacónicamete. Pocas horas antes, el mandatario había nombrado a María Mercedes Maldonado como reemplazante de Petro.

Ordóñez no se resigna. El procurador ya anunció que apelará el fallo del Tribunal Superior de Bogotá.

En la noche del miércoles, Petro se sentía un triunfador. En su primera alocución frente a los seguidores garantizó que se quedará en el cargo hasta el último día del periodo para el cual fue elegido: el 31 de diciembre del 2015. Tras leer el fallo del Tribunal Superior de Bogotá, el hombre que ejerce el segundo cargo en importancia política de Colombia dijo que, aunque el Tribunal Supremo del país invalide el dictamen de los magistrados capitalinos, seguirán vigente las medidas cautelares de la CIDH. Para Petro solo se tendría que ir otra vez de la alcaldía si Santos se resuelve darle la espalda al organismo hemisférico. "Pero eso no sería nada presentable", añadió. La CIDH anunció en tanto que seguirá "de cerca" la situación.

Petro volvió en un día extraño. De un lado, la Superintendencia de Industria y Comercio confirmó una multa contra tres empresas bogotanas acusadas de haber violado la libre competencia. Deberán pagar unos 30 millones de dólares. La sanción alcanza a 10 funcionarios de la alcaldía, entre ellos el mismo Petro, cuya multa asciende a los 200.000 dólares. El alcalde dijo que se tomará tiempo para leer el pronunciamiento. Sobre la posibilidad de que prospere la sanción económica dijo: "Posiblemente la cumpliríamos y trabajaríamos sin sueldo, lo cual no es del otro mundo". A Petro le tocó asumir el día en que el 70% de los bogotanos se quedaron sin el servicio de agua potable por 24 horas debido a la rotura en una de las compuertas de la planta de tratamiento. Ahora queda por delante una segunda oportunidad, una nueva etapa de gobierno municipal.