Aires de nueva intifada en Cisjordania

Varios beduinos descansan junto a sus tiendas levantadas en la zona E1, en Cisjordania, este viernes.

Varios beduinos descansan junto a sus tiendas levantadas en la zona E1, en Cisjordania, este viernes. / periodico

ANA ALBA / Jerusalén

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Cisjordania rezumaba ayer rabia y dolor. El cielo era claro y el sol intenso pero en sus calles se respiraba ira y duelo por la muerte del preso Arafat Yaradat, el sábado pasado, en la cárcel israelí de Meggido. Yaradat sufrió un paro cardiaco, según afirmó el Servicio de Prisiones israelí basándose en los primeros resultados de la autopsia. Pero esta versión fue desestimada por el médico de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que participó en el examen del cadáver y aseguró que presentaba señales de tortura.

La violencia volvió a estallar ayer en algunos puntos de Palestina. En la última semana, las protestas contra las condiciones de los presos en las cárceles israelís han sido diarias y se han producido graves disturbios en los que se han enfrentado palestinos contra fuerzas israelís a pedradas reprimidas con gases lacrimógenos y balas de goma que han causado decenas de heridos. Ayer 10 personas más resultaron heridas, según el Ejército israelí, que decretó el estado de alerta máxima y cortó la carretera 60, la principal vía para viajar de Jerusalén a Hebrón, donde en días anteriores se produjeron graves disturbios. Los peores incidentes tuvieron lugar en Beituniya, cerca de la prisión israelí de Ofer. También hubo disturbios graves en la ciudad de Belén.

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