El acuerdo con Cuba reabre en EEUU las pasiones sobre la isla

Los republicanos claman contra el pacto y acusan a Obama de dar "un paso en falso"

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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El histórico acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba y relajar algunos de los imperativos del embargo ha reabierto las pasiones que han marcado históricamente el debate sobre Cuba en EEUU. Influyentes actores económicos como la Cámara de Comercio y grandes empresas como General Motors o Caterpillar han saludado el pacto ante las posibilidades comerciales que se abren para algunos sectores, y lo mismo han hecho varios de los futuribles candidatos demócratas a la presidencia. Pero entre los republicanos, que dominarán el Congreso los dos próximos años, la reacción ha sido opuesta.

Ni uno solo de los conservadores que suenan como posibles candidatos para las elecciones del 2016 ha tenido buenas palabras para el acuerdo negociado en secreto durante los últimos 18 meses. El exgobernador de Florida, Jeb Bush, aseguró que este es «el último paso en falso» del presidente Barack Obama en política exterior porque «socava la credibilidad de América y la búsqueda de una Cuba libre y democrática». Desde Wisconsin, su gobernador, el liberal Scott Walker, decía que el Gobierno castrista no ha hecho suficientes cambios internos para merecer un cambio en la política de EEUU, mientras el senador Ted Cruz, afín al Tea Party, decía que Obama se ha dejado manipular por «dictadores brutales cuyo único objetivo reside en mantener el poder».

VIEJA GUARDIA DEL EXILIO

Las posiciones republicanas sobre Cuba siguen muy influenciadas por la vieja guardia del exilio cubano, a pesar de que las nuevas generaciones son mucho más partidarias del acercamiento. Y no solo ellos. Una encuesta de la universidad Internacional de Florida concluyó en junio que el 68% de los estadounidenses son partidarios de restablecer las relaciones diplomáticas (frente al 39% del 2004) y el 69% apoya que se alcen las restricciones para viajar a la isla.

Dentro de esta corriente de opinión se enmarcan las opiniones de los demócratas Hillary Clinton y el gobernador de Maryland, Martin O' Malley. La exsecretaria de Estado coincide con Obama en que el embargo ha servido para que los hermanos Castro consolidaran su poder. A su juicio, la mejor forma para el cambio político pasa por «exponer a su gente a los valores, la información y las comodidades materiales del mundo exterior».