POLÍTICA DE NATALIDAD EN EL GIGANTE ASIÁTICO

Un aborto bárbaro

Un grupo de enfermeras chinas masajean a bebés en Chongqing.

Un grupo de enfermeras chinas masajean a bebés en Chongqing.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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Una foto provocó ayer la indignación de un país. Una mujer yace en la cama de un hospital con un feto ensangrentado a su lado. Feng Jianmei estaba embarazada de siete meses cuando las autoridades del condado de Zhenping, en la norteña provincia de Shaanxi, le forzaron el aborto en cumplimiento de la política del hijo único.

Pekín está investigando el caso y ha prometido«transparencia». Una fuente del Comité de Planificación Familiar Nacional de China (CNFPC, por sus siglas inglesas) desveló que se ha creado una comisión especial para el caso.

Feng, de 22 años, había quedado embarazada de su segundo hijo y no pudo afrontar los 40.000 yuanes (casi 5.000 euros) estipulados en su provincia como multa compensatoria porque los necesitaba para tratar el cáncer de su suegra. Lo que sigue se asemeja a una película de terror. Una veintena de oficiales de su condado fueron a su casa, la llevaron al hospital y la obligaron a firmar el consentimiento voluntario del aborto empujando su pulgar entintado hacia un papel y le inyectaron una sustancia química que mató al feto. Su marido intentó conseguir el permiso para el segundo hijo pero no pudo juntar el dinero. La mujer sigue en trauma diez días después.

Insultos en la red

La red se llenó de insultos a los responsables y la barbarie fue comparada con las del imperialismo japonés y el nazismo. El caso incluso fue tratado por la prensa oficial, normalmente esquiva a los temas espinosos. El diarioGlobal Times recordó que la práctica estaba prohibida pero negó que el caso deslegitimara la planificación nacional.

La política del hijo único, aprobada a finales de los 70, frenó el crecimiento demográfico, redujo la pobreza y mejoró las condiciones de vida de los chinos. Permite un descendiente a las parejas urbanas y dos a las rurales si el primero fue una hija, con otras excepciones. En sus inicios fue necesaria la coerción para vencer la numantina resistencia pero después bastó con la persuasión y hoy es mayoritariamente aceptada por la población.

Los excesos en su aplicación fueron generalizados en el pasado y hoy quedan como residuales en los asilvestrados gobiernos locales.«En los años 80 hubo muchos abusos, pero el tiempo ajustó la política al menor deseo de fertilidad. La violencia se ha debilitado», decía a EL PERIÓDICO Wang Feng, sociólogo de la Universidad de California y jefe del mayor estudio sobre la política. Ru Xiaomei, directora del CNFPC, culpaba a unos pocos«funcionarios rudos».China ha castigado y despedido a oficiales que han incumplido la ley, aunque muchos actúan con impunidad. Chen Guangcheng, el disidente ciego ahora en EEUU, fue encarcelado por denunciar los abortos y esterilizaciones forzosas en su provincia de Shandong.