ASAMBLEA GENERAL EN NUEVA YORK

Abbás y Netanyahu vuelven a escenificar su desencuentro en la ONU

Netanyahu pronuncia su discurso durante la 71 sesión de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, este jueves.

Netanyahu pronuncia su discurso durante la 71 sesión de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, este jueves. / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Tan juntos y tan distantes. En todo. Este jueves palestinos e israelís han vuelto a mostrar con los sendos discursos de sus líderes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el porqué de las bajas expectativas que hay de que puedan resucitar las conversaciones de paz. Y aunque retóricamente el enfrentamiento entre Mahmud Abbás y Binyamin Netanyahu ha sido algo más suave que en años anteriores, el abismo que les separa ha quedado en evidencia. Y ha hecho añicos hasta el mágico simbolismo que han creado los hados del protocolo, que han querido que entre Abbás y Netanyahu se escuchara el discurso de Noruega, el país donde en 1993 se alumbró una esperanza con los acuerdos de Oslo.

El primero en intervenir ha sido Abbás, que ha recordado que los palestinos van a presentar ante el Consejo de Seguridad una resolución para condenar los asentamientos israelís en Cisjordania y ha pedido apoyo para la conferencia de paz que trata de promover Francia.

Asimismo, Abbás ha sumado a su intervención la reclamación al Reino Unido de que se disculpe por la Declaración de Balfour, con la que Londres apoyó “la creación en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío” en 1917. Urgiendo a los británicos a “sacar las lecciones necesarias y aceptar responsabilidades morales, materiales, políticas, legales e históricas”, Abbás les ha pedido que actúen “para rectificar los desastres y remediar las consecuencias” de Balfour, incluyendo no solo la “disculpa” sino también “el reconocimiento del Estado de Palestina”. “Es lo menos que el Reino Unido puede hacer”, ha dicho.

ATRAPADOS EN EL PASADO

Netanyahu ha usado su intervención para dar réplica a las propuestas de Abbás, tanto en la cuestión de los asentamientos (acusando a los palestinos de que “lo que realmente persiguen son Tel-Aviv y Haifa”) como en la de Balfour (“Está preparando una demanda contra el Reino Unido por la declaración de 1917, hace casi 100 años. Hablemos de estar atrapados en el pasado”). Y aunque ha invitado al presidente palestino a intervenir ante la Knesset, sabe que todas las invitaciones anteriores han sido rechazadas como gestos vacuos por su inmovilismo en los temas centrales que habría que negociar.

Esto ha vuelto a quedar claro en la ONU, donde Netanyahu ha dicho que “nunca” negociará “el derecho a un Estado judío único”. Y ha usado también su intervención para atacar al organismo ante el que hablaba. Ha dicho, por ejemplo, que la ONU nació “como una fuerza moral y se ha convertido en una farsa moral” y le ha restado cualquier papel en el proceso. “El camino a la paz pasa por Jerusalén Ramala, no por Nueva York”, ha subrayado.