REUNIÓN MINISTERIAL EN BRUSELAS

El eurogrupo se reunirá otra vez el domingo para tratar de superar la división sobre el rescate de Grecia

ELISEO OLIVERAS / Bruselas

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Losministros de Economía y Finanzas de lazona euro mantienen fuertes divergencias sobreel plan adicional de rescate para Grecia y sobre las modalidades de lacontribución de la banca ylos inversores privados alsalvamento financiero del país. La reunión ministerial extraordinaria delEurogrupoen Bruselas, no ha permitido acercar las posturas, por lo que el grupo volverá a reunirse el domingo enLuxemburgo.

Elministro alemán de Finanzas,Wolfgang Schäuble, ha insistido en condicionar la esencialcontribución alemana al nuevo plan de rescate de Grecia a que la banca y los inversores privados acepten canjear losbonos griegos actualmente en su poder por nuevos títulos a siete años.

Este canje daría unrespiro financiero a Grecia y le dejaría un margen de tiempo amplio parasanear suscuentas públicas y reducir medianteprivatizaciones el enorme volumen de su deuda, que supera los 328.000 millones de euro y representa más del 142% delproducto interior bruto (PIB).

Elministro holandés de Finanzas,Jan Kees de Jager, ha señalado que la contribución de la banca y los inversores privados debía representar al menos el 30% del nuevo paquete de rescate de Grecia, que probablemente superará los 60.000 millones y podría rondar los 90.000 millones. Estospréstamos se sumarían a los 110.000 millones ya acordados por laUnión Europea (UE) y elFondo Monetario Internacional (FMI) en mayo del 2010.

Consecuencias devastadoras para Grecia y la zona euro

Por el contrario, elBanco Central Europeo (BCE),Francia,España,Bélgica y otros países se están oponiendo a ese planteamiento alemán, porque implicaría que la deuda griega fuera considerada fallida por las agencias de calificación (rating), al no ser capaz de afrontar sus obligaciones y tener que realizar un canje de bonos.

Esto tendría consecuencias devastadoras para Grecia y el conjunto de la zona euro, porque conduciría a laquiebra a losbancos griegos que poseen un elevado volumen de deuda pública nacional, pondría en peligro los planes de saneamiento dePortugal eIrlanda y dispararía el coste de la deuda de otros países, como España.

Contribución "voluntaria"

El BCE y estos países defienden que la contribución de la banca y los inversores privados debe ser “voluntaria”, mediante un compromiso de comprar nueva deuda griega a medida que venzan los títulos en su haber. LaComisión Europea también defiende este enfoque de mantener el nivel de inversión en deuda griega al vencimiento de los títulos, sin un canje anticipado como plantea Alemania.

Este enfoque permitiría evitar que las agencias de calificación, que se están cebando en hundir la credibilidad de la deuda griega y portuguesa, declararan que se ha producido un incumplimiento de obligaciones (un credit event, en la jerga anglosajona del sector) y sus catastróficas consecuencias.

“Me resulta difícil imaginar que esa contribución pueda realizarse sobre una base voluntaria”, ha señalado laministra austriaca de Finanzas,Maria Fekter, incidiendo sobre el punto central del debate y el nivel de credibilidad de un compromiso voluntario de la banca. “No se pueden dejar los beneficios para la banca y las pérdidas para los contribuyentes”, ha añadido Fekter, aunque subrayó que debe evitarse que la medida sea considerada por las agencias de rating como una suspensión de pagos.

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