La situación interna

Marruecos reconoce «decenas de detenciones» en el Sáhara

BEATRIZ MESA / Rabat

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Los saharauis se desahogan estos días en silencio, dentro de sus casas, donde viven como refugiados ante el temor de nuevas represalias de las autoridades marroquís, que tras desmantelar el pasado lunes el campamento Agdaym Izik desataron la mayor intifada saharaui en 35 años de conflicto del Sáhara Occidental.

El Gobierno de Marruecos reconoció ayer «decenas de detenciones» y que se trata de «criminales y no de militantes saharauis». Pero ahora mismo las familias saharauis olvidan la causa social (exigían vivienda y trabajo) por la que acamparon en señal de protesta hace un mes a las afueras de El Aiún y su única preocupación es conocer el paradero desconocido de sus seres queridos.

El Polisario denunció 156 desaparecidos, pero fuentes saharauis estiman que la cifra es mucho más elevada. Algunas hablan de unas 2.000. «Cada día hay nuevas mujeres o hombres que reclaman a uno de los suyos», manifestó el activista Abdelahi desde El Aiún.

Ayer se convirtieron en protagonistas la periodista catalana Àngels Barceló y otros reporteros de la cadena SER, Nicolás Castellano y Angel Cabrera, que habían conseguido acceder a El Aaiún. La emisora explicó que «no es una detención como tal, sino que les han ido a buscar al hotel unos policías para llevarles a la comisaría con el fin de hacerles unas preguntas. Están bien y tranquilos».

Cinco días después de la mayor sacudida violenta emprendida por el Ejército marroquí, las familias afectadas han comenzando a coordinarse en todos los barrios de El Aiún para conocer el destino de los que no están, hacer balance y poner sobre la mesa las bajas de vecinos, amigos y familiares con nombre y apellido saharaui.

PÁNICO DE LOS JÓVENES / «La gente tiene miedo de ir a la policía y preguntar. Puede ser que estén detenidos o muertos», insiste Abdelahi, buscado desde hace unas horas por las autoridades. Lo acusan de «fabricar» el viaje de los parlamentarios vascos y del eurodiputado de IU, Willy Meyer, que fueron expulsados por la vía expeditiva de Marruecos cuando intentaban volar a la antigua ciudad española. Da cuenta además de siete menores «huérfanos» que el día del asalto huyeron de los gases lacrimógenos y de los cañones de agua . «Todavía no han encontrado a sus padres», contó el activista.

El pánico se ha apoderado de los jóvenes saharauis, de los que están con el Polisario y hasta de los que rechazan la independencia. En cada esquina o comercio hay un agente o un militar armado vigilando los pasos de los ciudadanos saharauis. «Están patrullando a todas horas», declaró Brahim, otro activista, que ayer se dirigió a la zona portuaria de El Aiún para conocer la situación y fue testigo de la represión contra un grupo de cinco jóvenes, esposados por la policía.

La secretaria de Política Internacional del PSOE , Elena Valenciano, dijo anoche que el partido ha pedido a Marruecos que confirme la posible muerte de un saharaui con nacionalidad española, calificó los hechos de «graves» y pidió una investigación.