elecciones locales en un país muy castigado por la crisis

Los griegos dan un espaldarazo a Papandreu a pesar de los recortes

Papandreu sale de la cabina del colegio electoral en el que votó ayer, en un suburbio del norte de Atenas.

Papandreu sale de la cabina del colegio electoral en el que votó ayer, en un suburbio del norte de Atenas.

ANDRÉS MOURENZA
ESTAMBUL

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El primer ministro de Grecia, Yorgos Papandreu, debió respirar aliviado anoche al conocer los resultados de las elecciones locales y regionales que se celebraron ayer en Grecia y en las que se impusieron los candidatos de su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK). El líder griego había lanzado un órdago antes de los comicios, pero le salió bien.

«Realizar cambios no es fácil. Los griegos nos llevaron al poder hace un año y hoy [por ayer] confirmaron que quieren ese cambio. Continuaremos con nuestro trabajo», anunció Papandreu en un mensaje a la nación tras conocer los resultados.

Consciente de que las medidas de ahorro aprobadas por su Gobierno en primavera son muy impopulares, pero necesitado de un mandato fuerte para llevar adelante el plan de ajuste económico que salve a Grecia de la bancarrota y satisfaga a los mercados y a la Unión Europea, Papandreu planteó los comicios locales como un referendo y aseguró que convocaría elecciones generales anticipadas en caso de que los griegos no votasen por su partido.

La amenaza surtió efecto. Según una encuesta de la televisión griega Skai, la mayoría de la población no quiere elecciones anticipadas, ya que hace apenas un año que el PASOK fue elegido con mayoría absoluta, sustituyendo a los conservadores de Nueva Democracia (ND), y la sola perspectiva de unos nuevos comicios con un panorama político poco claro sumiría a Grecia en una inestabilidad todavía mayor.

MENOS VOTOS / Con el 38,5% de los votos computados, los socialistas se imponían en ocho de las trece regiones, incluyendo la del Ática, donde se encuentran Atenas, las ciudades de los alrededores y el puerto del Pireo, y que concentra cerca de la mitad de la población griega.

Se estima que al final del recuento el PASOK conseguirá el 35% de los votos, bastante por debajo del 44% logrado en las generales. Los conservadores vieron cómo se reducía su apoyo tres puntos, hasta el 30%, pero vencieron en el resto de regiones y mantuvieron las alcaldías de Atenas y Salónica, la dos principales ciudades del país, aunque a causa de lo ajustado de la victoria de ND en estas circunscripciones es probable que deba realizarse una segunda vuelta el próximo domingo.

En contra del Gobierno de Papandreu juega el hecho de que se produjese una alta abstención para un país tan politizado como Grecia. Casi la mitad de los electores no acudieron a las urnas, una apatía que se explica fácilmente debido a la impopularidad de los recortes sociales y a la creciente desconfianza de los griegos hacia sus políticos.

La abstención hubiese jugado un papel más negativo para el Gobierno de Papandreu de no ser porque el espectro conservador concurrió dividido a las urnas. La derrota de ND en las elecciones de 2009 supuso la dimisión de su líder, el exprimer ministro Costas Caramanlis, lo que abrió una división en el partido y ha provocado la presencia de varios candidatos del centroderecha en algunas circunscripciones.

La crisis además ha afectado a las elecciones locales en otro punto. Estos comicios han sido los primeros en celebrarse según la modificación de las administraciones locales aprobada en mayo y que entra en vigor el próximo 1 de enero. La reforma, que tiene como objetivo el ahorro de gasto público, profundiza en la descentralización de las regiones y agrupa las 54 prefecturas y 1.033 ayuntamientos en 325 municipios.

MÁXIMA ALERTA POLICIAL / La policía se mantuvo en máxima alerta durante toda la jornada electoral por miedo a los atentados, ya que la semana previa a los comicios estuvo marcada por el envío de paquetes explosivos a embajadas e instituciones políticas del que se acusa al grupo antisistema Conspiración de los Núcleos de Fuego (SPF).

Aunque en varios colegios electorales se recibieron amenazas de bomba, todas ellas resultaron ser falsas y, según el Ministerio del Interior, no se registraron incidentes destacables.