ADMIRADO Y PERSEGUIDO

Julian Assange, el carismático director de 39 años de Wikileaks, lleva una vida nómada y escurridiza por temor a sus enemigos

Personaje del momento 8El australiano Julian Assange, en Londres, este fin de semana.

Personaje del momento 8El australiano Julian Assange, en Londres, este fin de semana.

EL PERIÓDICO
LONDRES

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Julian Assange cambia frecuentemente de teléfono móvil, encripta cada uno de sus comunicaciones, lleva una vida nómada y huidiza, paga en metálico antes que con tarjetas de crédito y se registra en los hoteles con nombres falsos. Ser el director y la cabeza visible de la organización Wikileaks, está claro, no implica una vida cómoda.

Assange, un australiano de 39 años con pasado dehackery de periodista convencional, se ha ganado un buen número de admiradores por su esforzada búsqueda de la mayúscula verdad, pero también un sinfín de enemigos, presumiblemente en altísimas instancias, que le aconsejan llevar una existencia personal discreta.«Mi determinación a seguir por este camino me ha llevado a una situación ciertamente poco ordinaria»,ha declarado aThe New York Times.

Muchas cosas han cambiado en su vida desde que en diciembre del 2006 fundara la web de filtraciones Wikileaks. La publicación de los casi 400.000 documentos inéditos de la guerra de Irak le han otorgado una nueva muesca de notoriedad tras la difusión de 90.000 fichas de la guerra de Afganistán y del vídeo con el helicóptero de EEUU disparando y matando a 12 civiles en Bagdad.

Assange y su equipo han demostrado una extrema capacidad para recoger material secreto, guardarlo fuera del alcance de gobiernos y otros entes muy dispuestos a arrebatárselos y divulgarlos después de forma instantánea y global, siempre desde lugares del planeta distintos.

De Assange no se saben demasiadas cosas y muchas de ellas conviene ponerlas en cuarentena, dadas las campañas de intoxicación que, afirma, ha venido sufriendo en los últimos años. En ese contexto sitúa la acusación de violación por parte de dos chicas en Suecia este verano (hay una investigación en marcha) y la pérdida de su equipaje con tres portátiles encriptados en un vuelo de Estocolmo a Berlín.

Quienes han estado en contacto con él, empleados, socios o periodistas, coinciden en definirle como una persona carismática y de elevada inteligencia.«Puede pasarse largos periodos sin comer ni apenas dormir, concentrado en su trabajo»,escribió un periodista delNew Yorkerque le siguió varios días. Algunos colegas y empleados le han abandonado reprochándole un carácter dictatorial, engrandecido por el éxito. Cuestiones en las que no quiere entrar. Distracciones, dice, de la relevante verdad.