endurecimiento DEL DISCURSO SOBRE LA INMIGRACIÓN EN BERLÍN

Merkel da por muerto el modelo de sociedad multicultural en Alemania

La cancillera Angela Merkel, durante el discurso que pronunció el sábado a jóvenes de su partido en Potsdam.

La cancillera Angela Merkel, durante el discurso que pronunció el sábado a jóvenes de su partido en Potsdam.

RUBÉN GÓMEZ DEL BARRIO / Berlín

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El intenso y polémico debate en Alemania sobre la integración de los inmigrantes, y en especial de la comunidad musulmana, ha dado este fin de semana un importante giro con la intervención de la cancillera, Angela Merkel. La dirigente escogió el marco de un encuentro con los jóvenes de su partido en Potsdam para dar por enterrada la Alemania multicultural y para exigir a los inmigrantes que acepten los valores y la cultura del país que los acoge.

Ya hace varias semanas que se abrió el debate sobre la inmigración en Alemania. Pero hasta ahora de la cancillera no habían salido más que algunas palabras -muy estudiadas y transmitidas a través de sus portavoces -para matizar o respaldar ciertas declaraciones y calmar, en algunos casos, las polémicas levantadas por sus compañeros de partido. Hasta el sábado.

Ante las juventudes de su partido, la cancillera dejó muy clara cuál es su postura, al asegurar que el concepto de sociedad multicultural alemana «ha fracasado totalmente». Sus palabras mandan al traste la idea de lamultikulti, un término que se implantó con éxito en la Alemania de hace 30 años y que venía a definir la convivencia positiva de las diferentes culturas.

Ahora, para Merkel, los inmigrantes deben integrarse y adoptar los valores alemanes. «Nosotros nos sentimos vinculados a los valores cristianos. Quien no acepte esto, no tiene cabida aquí», dijo en un discurso que sorprendió por su dureza.

GIRO EN EL DISCURSO / «A principios de los años 60 nuestro país convocaba a los trabajadores extranjeros para venir a trabajar a Alemania y ahora viven en nuestro país», aseguró la cancillera. «Dijimos: No se van a quedar, en algún momento se irán. Pero esto no ha sido así», añadió.

Estas declaraciones dejan entrever un primer y claro giro a su discurso sobre la integración y con ellas responde -en parte- a las presiones de algunos sectores de su partido que desde hace tiempo venían pidiendo a la cancillera un cambio de posición sobre este tema.

Hace solo unas pocas semanas que Merkel apadrinó la idea de que «el islam forma parte de Alemania», lanzada antes por el presidente del país, Chrstian Wulff. Ahora la dirigente ha dejado ver que apostará por una línea mucho más dura, y en este aspecto reiteró que los inmigrantes deben aprender alemán para aprobar en la escuela y tener oportunidades en el mercado laboral. «Quien no aprenda inmediatamente alemán no es bienvenido», enfatizó.

Numerosos observadores interpretan las palabras de la cancillera como un intento de poner orden en las filas de su partido sobre un debate que crece en la esfera política pero también en la calle.

La importancia que la sociedad alemana confiere a la inmigración la ponen de manifiesto numerosos estudios que han llevado a cabo tanto medios de comunicación como institutos de investigación. Todos por cierto, con una clara conclusión: la islamofobia avanza rápido en Alemania.

Un sondeo reciente publicado por la fundación Friedrich-Ebert, asegura que más de una tercera parte de los alemanes creen que una Alemania sin islam sería mejor. El 55% declaran que los árabes le son «desagradables» y el 58% consideran que «habría que prohibir la práctica de su religión».