EL PERFIL

'Mono Jojoy', la cara sanguinaria de las FARC

Fue el responsable del secuestro de Ingrid Betancourt y de la creación de "campos de concentración" de militares y policías

El comandante Mono Jojoy toma una taza de café, a las afueras de San Vicente del Caguan, en el sur de Colombia, el 6 de abril del 2000.

El comandante Mono Jojoy toma una taza de café, a las afueras de San Vicente del Caguan, en el sur de Colombia, el 6 de abril del 2000. / RM DJ**MEX**

EFE

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El Ejército colombiano ha conseguido acabar con la vida de Víctor Julio Suárez Rojas, alias Jorge Briceño Suárez, como le llamaban los guerrilleros de las FARC, y Mono Jojoy, para los militares. El jefe militar de las FARC, de 57 años, estaba considerado uno de los dirigentes más escurridizos, más radicales y sanguinarios, méritos que le aúparon a la cúpula de la guerrilla más antigua de América. Las posturas más violentas eran las suyas y los ataques rebeldes más contundentes de las últimas décadas estuvieron bajo su dirección. De ahí que hoy el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se refiriera a él con el apelativo de "símbolo del terror".

Mono Jojoy era uno de los miembros más buscados de la guerrilla. Sobre él pesaban 62 órdenes de captura, 12 órdenes para impedir su salida del país, cinco condenas en ausencia, dos peticiones de extradición y 25 investigaciones preliminares por diferentes delitos. Además, Estados Unidos ofrecía una recompensa de casi cuatro millones de euros por el jefe guerrillero, que está acusado de narcotráfico, terrorismo, rebelión, homicidio con fines terroristas, secuestro, asalto, extorsión, hurto y porte ilegal de armas.

Se le considera responsable de haber ordenado el secuestro de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt y de haber creado en la selva los "campos de concentración", donde centenares de policías, militares y civiles estuvieron encerrados durante años en jaulas de palos y alambres de púas. El jefe militar y segundo al mando de las FARC era el comandante del Bloque Oriental, uno de los más activos y el que más ha golpeado a las fuerzas gubernamentales durante las más de cuatro décadas del conflicto armado colombiano.

Un estratega de sangre fría

Había nacido el 5 de febrero de 1953 en el municipio de Cabrera, población ubicada a pocos kilómetros de Bogotá y uno de los fortines de las FARC hasta hace pocos años, en el seno de una familia de rebeldes que le llevó a ingresar en la guerrilla en 1975.

Su visión estratégica para la guerra y su sangre fría le permitieron ascender rápidamente en las filas insurgentes y comandar operativos importantes en la serranía de La Macarena, zona donde tuvo su principal campamento varios años y donde ha perdido la vida.

En 1991 protagonizó el asalto a la base militar de Girasoles, en 1994 planeó el asesinato del general Carlos Julio Gil Colorado y en 1995 dirigió acciones simultáneas contra la base de antinarcóticos en San José del Guaviare y contra las instalaciones del Batallón Joaquín París, en el sur de Colombia.

Además, en noviembre de 1998 lideró la operación más importante de la historia de las FARC al ocupar durante tres días la ciudad de Mitú, capital provincial del departamento de Vaupés, donde murieron 37 personas y 56 miembros de la policía fueron tomados como rehenes.

Tres semanas después, el Gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana otorgó a las FARC una zona desmilitarizada que abarcaba cinco municipios del sur de Colombia, con una extensión similar a El Salvador o Suiza, para negociar la paz.

Actitud prepotente

Por sus posiciones duras y declaraciones prepotentes en aquellos diálogos de paz se ganó el apelativo de "símbolo del terror", convirtiéndose en uno de los guerrilleros más odiados por las autoridades y en el principal objetivo de las fuerzas del Estado tras la ruptura de las negociaciones.

Con la muerte del líder histórico de la guerrilla, Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo, en mayo del 2008 por una afección cardiaca, su nombre figuró para ser el máximo comandante, cargo que finalmente recayó en el ala política liderada por Alfonso Cano.

El apodo de Mono Jojoy con el que le conocía el Ejército procede de un gusano conocido como mojojoy y cuya habilidad principal es la de escabullirse de los depredadores de la selva. El jefe militar de las FARC falló, sin embargo, en su último intento de fuga. No pudo con la operación Sodoma.