JORNADA ELECTORAL EN UN PAÍS ESCANDINAVO

El auge de los ultras planea sobre las legislativas en Suecia

El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, rodeado de seguidores en un centro comercial de Gotemburgo.

El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, rodeado de seguidores en un centro comercial de Gotemburgo.

EL PERIÓDICO
ESTOCOLMO

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Unos siete millones de ciudadanos suecos están llamados hoy a las urnas para la elección de un nuevo Parlamento. Según todos los sondeos, la Alianza de centroderecha que encabeza el primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, mantiene una cómoda ventaja frente al bloque opositor de izquierda liderado por la socialdemócrata Mona Sahlin. Pero la mayor parte de la atención se centra en el previsible ascenso de la ultraderecha. Las encuestas auguran que Demócratas de Suecia, una formación ultra, logrará entre un 6% y un 7,5% de los votos, con lo que superaría de sobra el 4% que constituye el mínimo necesario para obtener representación parlamentaria.

Al contrario de lo que ocurre en otros países europeos, incluidos sus vecinos escandinavos, en el espectro parlamentario de Suecia no había espacio hasta ahora para la ultraderecha xenófoba. Pero Demócratas de Suecia y su líder, Jimmy Akesson, han logrado penetrar de forma efectiva en el tejido social con un discurso centrado en la inmigración, en el que se considera el país más generoso de Europa en cuanto a la acogida de inmigrantes y refugiados.

VACÍO A LOS ULTRAS / Las fuerzas mayoritarias, tanto la Alianza (integrada por conservadores, liberales, cristianodemócratas y centristas) como los socialdemócratas, han reiterado su negativa a colaborar con los ultras bajo ningún supuesto y les hacen el vacío.

Esta actitud se ha hecho extensible a gran parte de la sociedad sueca. El canal privado de televisión TV4 decidió prohibir a finales de agosto un anuncio electoral de Demócratas de Suecia por racista, al considerar que violaba la ley por atacar a un grupo étnico minoritario, en ese caso los musulmanes.

La decisión de la cadena fue asumida con toda normalidad en Suecia, pero no en la vecina Dinamarca, donde el Partido Popular Danés -de origen ultra, pero ahora integrado en el establishment político- y sus socios conservadores y liberales criticaron la «falta de libertad de expresión» y pidieron enviar observadores electorales a Suecia, precisamente a uno de los países más tolerantes del mundo.

«BEIRUT» / La líder del Partido Popular Danés, Pia Kjaersgaard, acudió hace unos días a un mitin de Demócratas de Suecia para mostrarles su apoyo y alertó de que Gotemburgo y Estocolmo «van camino de ser los Beirut escandinavos, con guerras de bandas y violaciones masivas».

Pero el acoso y el boicot a los ultras suecos no cesa. El pasado jueves, un acto electoral de Demócratas de Suecia en Estocolmo fue reiteradamente interrumpido por grupos izquierdistas que hacían sonar vuvuzelas, trompetas, silbatos e incluso maracas. La voz de Akesson fue totalmente inaudible. «No queremos que Demócratas de Suecia entre en el Parlamento. No podemos tolerar su visión del mundo ni su islamofobia», afirmó un joven que participaba en la protesta. «No son una opción aceptable; son racistas», añadió otro. El sitio de internet del partido ultra fue pirateado ayer.

Por otro lado, la campaña electoral ha estado dominada por cuestiones relacionadas con el empleo, la fiscalidad y las ayudas sociales y el denominado Estado de bienestar. Paralelamente a las legislativas, el país celebra también hoy elecciones regionales y municipales.