POLÉMICO VIAJE DEL PONTÍFICE AL REINO UNIDO

Benedicto XVI defiende ante la clase política que la religión no es un problema sobre el que legislar

El Papa denuncia ante Cameron, Brown, Blair, Major y Thatcher el intento de los estados de silenciar el cristianismo

Visita papal al Reino Unido

Visita papal al Reino Unido / TOBY MELVILLE

EFE

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El Papa ha asegurado hoy en Londres, en un acto que ha reunido a la clase política británica, que la religión no es un problema sobre el que haya que legislar . En su segundo día de visita en el Reino Unido, que ha tenido un marcado carácter ecuménico, Benedicto XVI ha pedido libertad de culto "sin sufrir persecuciones" y ha vuelto a abogar por la unidad de los cristianos.

La histórica visita del Pontífice al Reino Unido, la primera de Estado de un papa a este país desde que Enrique VIII rompiera con la Iglesia de Roma en el año 1534, ha incluido hoy un encuentro con el mundo de la política en Westminster Hall, el lugar donde fue condenado a muerte Tomás Moro en 1535 por no abjurar de su fe católica. Ante el primer ministro, James Cameron, y los expremieres Gordon Brown, Tony Blair, John Major y Margaret Thatcher, Benedicto XVI ha señalado que la religión "no es un problema" que los legisladores deban solucionar, sino un factor que contribuye de manera vital al debate nacional. El Papa ha denunciado que se intenta silenciar la religión en la vida pública e incluso suprimir festividades cristianas como la Navidad al considerar que "ofende" a otras religiones.

En su defensa del papel de la religión en el mundo actual, el Pontífice ha subrayado que el mundo de la razón y el mundo de la fe se necesitan y que

no deberían tener miedo de entablar un diálogo profundo y continuo, por el bien de la civilización.

Diálogo interreligioso

La jornada también ha incluido una reunión con el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia anglicana, Rowan Williams, ante quien ha reiterado el compromiso del Vaticano de luchar por la unidad de los cristianos. El encuentro se ha producido un año después de que el Vaticano abriera sus puertas a los fieles tradicionalistas anglicanos contrarios al aperturismo de la Comunión Anglicana --como la ordenación de mujeres y homosexuales como obispos--, disposición criticada por muchos de los 77 millones de anglicanos, que consideran la medida una "anexión".

En la abadía de Westminster, el templo más importante del anglicanismo, el Pontífice ha implorado la unidad de los cristianos y ha reconocido "las decepciones" y lo mucho que todavía queda por hacer en el camino ecuménico. En su encuentro con dirigentes de otras religiones, el Papa ha pedido libertad para que todas las personas puedan practicar su religión y participar en actos públicos de culto "sin sufrir ostracismo o persecución", y ha exigido  reciprocidad en el diálogo interreligioso.

"No os contentéis con ser mediocres"

Esta segunda jornada del Papa en el Reino Unido ha empezado con un encuentro con unos 4.000 alumnos católicos a quienes ha advertido de que el dinero no da la felicidad y que ésta solo se encuentra en Dios. "No os contentéis con ser mediocres. El mundo necesita buenos científicos, pero una perspectiva científica se vuelve peligrosa si ignora la dimensión religiosa y ética de la vida, de la misma manera que la religión se convierte en limitada si rechaza la legítima contribución de la ciencia en nuestra comprensión del mundo", ha afirmado.

El Pontífice ha agregado que el mundo necesita buenos historiadores, filósofos y economistas, pero que si sus aportaciones a la vida humana dentro de su ámbito particular se enfocan de manera demasiado reducida, "pueden llevarnos por mal camino".

Benedicto XVI ha subrayado a los estudiantes católicos que tener dinero posibilita ser generoso y hacer el bien en el mundo pero que, por sí mismo, no es suficiente para lograr la felicidad, lo mismo que ocurre si se tiene una profesión altamente cualificada o si se es famoso. "Llegar a la fama no nos hace felices. La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este mundo es que muchísima gente jamás la encuentra porque la busca en los lugares equivocados. La clave para esto es muy sencilla: la verdadera felicidad se encuentra en Dios", ha insistido.