Los primeros encuentros

Israelís y palestinos reabren el diálogo con las expectativas bajas

RICARDO MIR DE FRANCIA
JERUSALÉN

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Las piezas del más intratable de los puzles geopolíticos vuelven a estar sobre la mesa. A expensas de la ceremonia con la que hoy se oficializará el inicio de las negociaciones directas entre palestinos e israelís, el presidente de EEUU, Barack Obama, mantuvo ayer las primeras reuniones bilaterales con los líderes de las partes implicadas, incluidos jordanos y egipcios, a los que Washington otorga un papel fundamental. Esta nueva intentona de paz, precedida por 17 años de fracasos, despega con buenas intenciones y muchos cuchillos en el horizonte.

De momento, nadie quiere aguar la fiesta a su anfitrión. Y ambos bandos intentaron demostrar ayer su buena fe después de que un comando de Hamás asesinara la víspera a cuatro colonos israelís en Cisjordania. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) lanzó allí la mayor redada de los últimos años contra los islamistas, a los que su policía lleva dos años sin dar tregua. Unos 150 militantes de Hamás fueron arrestados.

También el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, trató de apaciguar los ánimos y pidió a los colonos que no se venguen. Además, se refirió al presidente palestino, Mahmud Abbás, como «socio de paz» y se comprometió a acabar «de una vez por todas» con el conflicto. El atentado también centró la comparecencia de Obama junto a Netanyahu, la primera de una larga sucesión de reuniones. El inquilino de la Casa Blanca denunció la «matanza sin sentido» y añadió que «los extremistas» no descarrilarán el proceso de paz.

NUEVO ATAQUE DE HAMÁS A ISRAELÍS // Pero Hamás ya ha dicho que seguirán los ataques y ayer mismo cumplió su palabra. Dos israelís, un hombre y una mujer, resultaron heridos de bala en Cisjordania cuando circulaban en coche cerca de la colonia de Rimonim, en el sector de Ramala. El atentado fue reivindicado esta madrugada por la organización islamista.

Mientras los colonos se preparan para desafiar la moratoria de construcción en los asentamientos antes de que expire el día 26. Esa moratoria es el nubarrón más inminente. El martes Netanyahu repitió ante Hillary Clinton que no renovará la congelación parcial de colonias. Su suerte, dijo, no puede ser una condición para avanzar en la negociación y deberá decidirse en el marco del acuerdo final. Lo que no dijo es que ya en la hoja de ruta del 2003 su país se comprometió a frenar su expansión.

Quizás para suavizar el pesimismo que despierta el asunto, u otras exigencias de Netantahu difíciles de aceptar por los palestinos, como su deseo de ver un Estado desmilitarizado y con algunas fronteras controladas por Israel, su ministro de Defensa anunció que su país está dispuesto a ceder parte de Jerusalén. El laborista Ehud Barak afirmó que el sector occidental de la ciudad y 12 barrios judíos con 200.000 colonos quedarían bajo su soberanía, mientras los de mayoría árabe podrían ejercer como capital palestina. Para la ciudad vieja habrá «un régimen especial».

EEUU tiene prisa por cerrar un acuerdo. George Mitchell, enviado especial a la región y auténtico obrero de la etapa que se abre, repitió ayer que su país espera que pueda alcanzarse en un año. No es difícil si las partes se empeñan. Tras 17 años todo está negociado. Solo falta voluntad para el último apretón de manos.