POLÉMICA SENTENCIA EN ISRAEL

Un ligue de alto riesgo

La víctima 8 Sabbar Kashur, en casa de suegra en el Beit Safafa.

La víctima 8 Sabbar Kashur, en casa de suegra en el Beit Safafa.

RICARDO MIR DE FRANCIA / Jerusalén

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Ligar recurriendo a mentiras más o menos piadosas es una estrategia tan vieja como el noble arte del flirteo. Hay quien inventa una personalidad paralela, promete amor verdadero y eterno o alardea de cuenta corriente cuando no tiene más que guijarros en los bolsillos. Los riesgos de la impostura no suelen pasar de una bofetada o un rapapolvo. Eso debió pensar también Sabbar Kashur, un palestino treintañero de Jerusalén. Pero se equivocaba. Un tribunal israelí le ha condenado a tres años de prisión al acusarle de violación«por engaño».

La historia de amor

Su fatídica aventura tuvo una particularidad. Kashur ligó con una mujer judía en un país donde las relaciones sexuales o amorosas entre ambas comunidades son tabú. Se conocieron en una frutería del centro de Jerusalén hace dos años y, según declaró ella más tarde en el juzgado, Kashur le dijo que era judío, soltero y que buscaba una relación estable. Un rato después, y de forma consensuada, ambos se escondían en un edificio cercano y aliviaban furtivamente su pasión.

Nada que objetar. Hasta que ella, una mujer veinteañera, descubrió que Kashur no era judío. Entonces le denunció por violación y asalto indecente. Un juez le ha dado la razón, condenando al palestino a 18 meses de cárcel, después de mantenerle durante dos años bajo arresto domiciliario.«Si ella no hubiera pensado que el acusado era un judío soltero en busca de una relación, no hubiera cooperado con él», pronunció en el veredicto el magistrado, Zvi Segal.

La sentencia añade que el«tribunal está obligado a proteger el interés público de sofisticados delincuentes de labia fácil que pueden engañar a sus víctimas inocentes a un coste insostenible: la santidad de sus cuerpos y almas». El veredicto ha despertado gran controversia. Kashur, casado y padre de dos hijos, niega que mintiera. Dice haberse presentado con su nombre de pila,Dudu, un diminutivo judío.«Incluso mi mujer me llama así», explica.

¿Es racista el veredicto? El columnista Gideon Levy escribió enHaaretz:«Si el hombre fuera un judío que se hubiera hecho pasar por un árabe para acostarse con una mujer, ¿se le hubiera condenado por violación? ¿Entienden los magistrados el significado social y racista de su florido veredicto? ¿No se dan cuenta de que desprende el incómodo olor de la pureza racial, del 'no toquéis a nuestras hijasSSRq?».

Los defensores de la sentencia se apoyan en un precedente fijado por el Tribunal Supremo de Israel en el 2008. Entonces se condenó a un judío por el mismo delito, aunque el acusado, Zvi Sleiman, había adoptado la identidad de un funcionario real del Ministerio de Vivienda y prometido a varias mujeres que les regalaría un apartamento si se acostaban con él.

Patrullas de vigilancia

En un país obsesionado por mantener la mayoría demográfica judía frente a los árabes y anclado en la sospecha permanente hacia el vecino, abundan las iniciativas civiles para prevenir que los judíos no se mezclen o se enamoren de los árabes. El año pasado, en Petakh Tikva, cerca de Tel-Aviv, el ayuntamiento creó un grupo de psicólogos y consejeros para«rescatar»a las chicas judías que salen con árabes. En Pisgat Zeev, a las afueras de Jerusalén, se organizaron patrullas ciudadanas de vigilancia.

Más allá fue Kyriat Gat, al sur del país. El municipio lanzó un programa educativo en los colegios para explicar a las chicas«los peligros»que comporta ennoviarse con beduinos. Les mostraron un vídeo tituladoDurmiendo con el enemigo, donde se describe a las parejas mixtas como un«fenómeno antinatural». Según una encuesta del 2007, más de la mitad de la población judía considera que los matrimonios interreligiosos –en Israel no existe el matrimonio civil—equivalen a una«traición nacional».

Sabbar Dudu Kashur lo tiene claro:«Si hubiera sido judío ni mi hubieran interrogado. Eso no es una violación. No la violé en un bosque ni la dejé tirada desnuda. Todo tuvo su consentimiento».