PACTO HISTóRICO EN eL ESTRECHO DE FORMOSA

China y Taiwán firman el acuerdo comercial más sólido en 60 años

El representante chino, Chen Yunlin (derecha), y el taiwanés, Chiang, se saludan en Chongqing, ayer.

El representante chino, Chen Yunlin (derecha), y el taiwanés, Chiang, se saludan en Chongqing, ayer.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los 130 kilómetros del estrecho de Formosa que separan a China y Taiwán se encogieron ayer. Pekín y Taipéi firmaron el acuerdo más importante desde que la guerra civil los separara 60 años atrás. El contenido escrito es económico pero subyace la aproximación política largamente ansiada por China. El espíritu lo resumió Wen Jiabao, primer ministro chino, respondiendo por las razones de un tratado que beneficia mucho menos al continente que a la isla: «Podemos renunciar a nuestros beneficios porque los compatriotas taiwaneses son nuestros hermanos».

La diplomacia china había allanado con guiños el pedregoso camino. El tratado se llama Acuerdo Marco de Cooperación Económica para no soliviantar al sector independentista y se ha firmado en Chongqing, la macrourbe del interior que fuera capital de la República China cuando gobernaban los nacionalistas del Kuomintang, hoy taiwaneses.

El acuerdo incrementará el comercio bilateral. Reducirá o eliminará aranceles de 539 artículos taiwaneses y 239 chinos; ahorrará 11.325 millones de euros a la isla y 2.347 al continente. Las compañías taiwanesas tendrán acceso a sectores como el bancario o los seguros, y a China llegará más tecnología taiwanesa.

FLEXIBILIZAR EXIGENCIAS / Es un flotador para Taipéi en medio de la tormenta económica global. A pesar de las tiranteces y los límites de las compañías isleñas para invertir en China, la opción del continente siempre ha sido la más lógica por la proximidad, el lenguaje y la cultura comunes. Contra esa lógica atentaban hasta hace poco la obligación de pasar por un tercer país para volar de un país a otro o el límite de un millar de turistas chinos por día. A pesar de esos absurdos, China ya era actualmente el destino del 40% de las exportaciones taiwanesas. El acuerdo no solo aumentará el flujo, sino que desactiva el pavor del empresariado taiwanés al aislamiento económico tras el Tratado de Libre Comercio que firmaron China y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático.

LAS ELECCIONES / El acuerdo se fraguó en las elecciones de dos años atrás. Taiwán eligió por mayoría al Kuomintang, defensor de un acercamiento paulatino hasta la reunificación a largo plazo con una China democrática, y castigó al independentista Partido Democrático Progresista (PDP), más preocupado por sulfurar a Pekín que de la economía. «El acuerdo pone en peligro la democracia y el estilo de vida actual», clamó ayer su presidenta, Tsai Ing-wen, agitando la misma bandera del miedo amarillo que no le sirvió a su predecesor, Chen Shui-bian, hoy en la cárcel por corrupto. El fin de semana, en la isla, hubo manifestaciones de seguidores del PDP alertando de que la economía es el caballo de Troya chino. Las encuestas los señalan como minoritarios.