Estrategias oblicuas

Díaz Ferrán no actuaba solo

Gerardo Díaz Ferrán y Esperanza Aguirre

Gerardo Díaz Ferrán y Esperanza Aguirre / periodico

IGNACIO ESCOLAR

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La funcionaria con más tiempo libre de España -la articulista, conferenciante, mitinera, tuitera y blogueraEsperanza Aguirre- ha dado su opinión esta semana sobre sanidad, horarios comerciales, el nuevo libro deVáclav Klaus, los derechos humanos en Cuba¿ Lamentablemente, no ha tenido un rato para ilustrarnos sobre la detención deGerardo Díaz Ferrán.Es un silencio sospechoso.Aguirreen particular y elPP en general tienen mucho que contarnos sobre el hombre del lingote de oro al queAznarcondecoró con la medalla de plata al Mérito en el Trabajo.

El expresidente de lapatronal no solo decía queEsperanza Aguirreera «cojonuda», también lo demostraba con sus actos. En el 2003, varios importantes empresarios españoles donaron más de un millón de euros aFundescam, una opaca fundación del PP de Madrid que después gastó los donativos en la campaña electoral deAguirre.Latrama Gürtel se ocupó de falsear las facturas para intentar borrar el rastro de aquel dinero.Díaz Ferránfue el mayor donante de Fundescam: aportó 246.00 euros en seis entregas. Su generosidad no fue en vano. La Comunidad de Madrid concedió después a sus empresas 6,4 millones en contratos públicos.

El 'caso Fundescam' no prosperó. Tanto Anticorrupción como laAgencia Tributaria veían una presunta ilegalidad, pero ya estaba prescrita. En 'Españistán', el delito electoral caduca en solo cuatro años. El Tribunal de Cuentas lleva un retraso de cinco años en sus informes sobre la financiación de los partidos, así que estos pecadillos suelen quedar impunes.

Aerolíneas Argentinas

Fundescam no es la única ocasión en que la justicia y sus curiosos plazos benefician aDíaz Ferráncon el PP de por medio. En el 2001, el Gobierno deAznar vendió Aerolíneas Argentinas a Marsans por solo un euro. De propina,Díaz Ferrány su socio recibieron 955 millones en ayudas públicas para reflotar la compañía. No lo consiguieron, pese a la escandalosa millonada: la compañía quebró.Díaz Ferránfue acusado deapropiación indebida de fondos públicos y acabó en el juzgado número 35 de Madrid. Allí el caso se pasó entre diligencias y peritajes varios «nada menos que cinco años» (como criticó en un auto el juez de la AudienciaEloy Velasco), hasta que el instructor descubrió que no era el tribunal competente y lo mandó a la Audiencia Nacional, donde aún no hay sentencia. ¿Saben quién llevaba aquel lentísimo juzgado 35 de Madrid?Gemma Gallego: la jueza del 'caso del ácido bórico',la que imputó a varios mandos policiales por un informe que relacionaba a ETA con el 11-M usando un desodorante para pies como prueba del nueve. Tras su paso triunfal por el juzgado 35,Gallegoascendió hasta el Consejo General del Poder Judicial: el PP la propuso para el cargo.