La Catalunya del 75%

JOAQUIM COLL

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Al margen de lo que suceda en Barcelona, se puede anticipar con bastante seguridad que CiU, ERC y CUP sumarán mayorías en más del 70% de los 947 ayuntamientos catalanes. En algunos casos porque no se presenta nadie más. Se trata de un cifra llamativa que será esgrimida como prueba de que el 'procés' ha recibido un espaldarazo en las urnas. Artur Mas tiene ese discurso escrito de antemano para poner rumbo al 27-S.

El líder republicano también lo dirá, aunque solo con la boca grande si es el más votado en Sant Vicenç dels Horts, lo cual está por ver ante la original campaña del socialista Miguel Comino denunciando al alcalde Junqueras que no está. En definitiva, a grandes rasgos, va a repetirse lo que sucedió en el 2011, solo que esta vez con un traspaso de votos de CiU hacia ERC.

Si examinamos con atención ese porcentaje tan alto de ayuntamientos secesionistas, vemos que es extraordinariamente engañoso, pues esconde la heterogeneidad de la sociedad catalana. La mayoría son municipios de pocos habitantes, y todos juntos representan a tan solo el 25% de la población. Al otro lado, hay la Catalunya del 75%, tal como la ha definido el estudio de Societat Civil elaborado por expertos en estadística y politólogos. En las áreas metropolitas de Barcelona y Tarragona, la suma de esas tres fuerzas, la llamada CUPvERCgència, no va a sumar mayorías en casi ningún sitio.

En las últimas elecciones municipales la abstención en Barcelona fue del 47%. Pero varió muchísimo por distritos. Superó el 58% en Ciutat Vella, el 52% en Nou Barris, y alrededor del 50% en Horta-Guinardó, Sants-Montjuïc, Sant Andreu y Sant Martí. En cambio, la máxima participación se dio en las zonas acomodadas de Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts y l'Eixample, por encima del 60%.

En el análisis por barrios comprobamos hasta qué punto son agudas las diferencias. En Torre Baró, solo votó el 28% del censo, y en Les Tres Torres, en cambio, un holgado 65%. Mucho tiene que ver esa disparidad con las desigualdades sociales y con la evolución de la renta familiar disponible en los últimos años. Mientras en Nou Barris las familias han experimentado durante la crisis una caída considerable de los ingresos, en las zonas acomodadas, situadas por encima de la Diagonal, se ha producido incluso un incremento de la renta.

Pese a que el único factor que amortigua esas desigualdades es la política social, muchas veces la que hace o podría hacer el ayuntamiento, los sectores precarizados, los jóvenes y los parados, no se sienten motivados para participar en unas elecciones que consideran de escaso interés.

Ese mismo diferencial abstencionista se da en las autonómicas dentro de la Catalunya del 75%, a diferencia de las elecciones generales, donde la participación es bastante homogénea. Y ello explica en gran medida la hegemonía conservadora y nacionalista.