Tricentenario sin milongas del Tratado de L'Hospitalet

La segunda ciudad de Catalunya rescata el único tratado internacional con su nombre, firmado en 1713, para exponer su particular visión de la derrota de Barcelona ante Felipe V

Imagen de las rúbricas del Tratado de L'Hospitalet de 1713

Imagen de las rúbricas del Tratado de L'Hospitalet de 1713 / periodico

CARLES COLS / L'Hospitalet de Llobregat

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Que a la Guerra de Sucesión Española (1701-1713) se llegó por las nefastas consecuencias de la consanguinidad de los Habsburgo (al pobre Carlos II solo le faltaba una cola de cerdo) es de sobras conocido. También lo es que aquella fue una guerra europea de consecuencias internacionales, pues cambiaron de manos a su término, entre otras tierras, Terranova, Sicilia, Menorca, Gibraltar, los Países Bajos, Nueva Escocia, que no es poco, y todo, hay que insistir en ello, por la insana costumbre de ayuntar tíos con sobrinas en el largo linaje que antecedió a Carlos II, el rey que patéticamente enfermo y estéril murió sin descendencia en el año 1700.

Es menos sabido, sin embargo, que L'Hospitalet tuvo su particular protagonismo en aquel pandemonio. En 1713 se firmó el Tratado de L'Hospitalet, primera y única vez en la historia en la que la hoy segunda ciudad de Catalunya ha estampado su nombre en un tratado internacional. Aquel documento fijó el modo en que tenían que retirarse de Catalunya, Mallorca e Ibiza las tropas austriacistas o, dicho de otro modo, cómo Barcelona iba a tener que enfrentarse en una lucha desigual contras las tropas de Felipe V en 1714.

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