El artista Carles Gabarró instala su taller en el Distrito Cultural de L'Hospitalet

El denominado Distrito Cultural de L’Hospitalet, una de las grandes apuestos del gobierno de Marín, empieza a tomar forma con la llegada de artistas que deciden establecerse en la zona.

Eso es justo lo que ha hecho el pintor Carles Gabarró, que ha rehabilitado un edificio de la calle del Cobalt para instalar allí su nuevo taller.

Gabarró, pintor con una larga e intensa trayectoria artística, ha escogido esta calle, que muy probablemente será el bulevar del eje central del Distrito Cultural que desde el pasado mes de octubre se está gestando en la ciudad.

Un nuevo punto neurálgico para la ciudad, que quiere convertirse en referente en el área metropolitana y que está rodeado de equipamientos culturales públicos y privados como el Centre Cultural Metropolità Tecla Sala, la sala Salamandra o el edificio Freixas, entre otros.

Así pues, el nuevo taller del artista se sitúa en el ático de un edificio ahora rehabilitado de seis plantas, que abre la puerta a que otros proyectos culturales puedan instalar sus estudios allí.

Un espacio que permitirá a Gabarró indagar en su búsqueda de la profundidad y el sentido, una cuestión recurrente en sus obras, que en sus primeros años se moldearon alrededor de las técnicas expresionistas y que han evolucionado hasta convertirse en referentes de la pintura catalana del momento.

UN DISTRITO "SÓLIDO"

Durante una visita de la alcaldesa a las nuevas instalaciones de Gabarró, Núria Marín quiso destacar la buena acogida que el Distrito Cultural de L'Hospitalet está teniendo por parte de los artistas y promotores culturales, que empiezan a abrir estudios y galerías en la ciudad.

Marín se refirió a "la reciente instalación en L'Hospitalet de nuevas galerías de arte, espacios de arte, estudios y talleres de artistas -como el de Carlos Gabarró”, que según aseguró, “demuestra la solidez y el empuje que está tomando el Distrito Cultural".

Actualmente, L’Hospitalet tiene más de 200 empresas vinculadas con la industria cultural, con más de 1.500 trabajadores y una facturación que roza los 300 millones de euros.

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