FESTIVAL DE VERANO DE BARCELONA
El 'Don Juan' ruso llega al Lliure
El aclamado director belga Luk Perceval debuta en Barcelona con una versión contemporánea de 'Platonov', de Chéjov, con nueve actores y un pianista
Marta Cervera
Periodista
MARTA CERVERA / BARCELONA
El director belga Luk Perceval, una de los valores de la escena europea actual, debuta en Barcelona con 'Platonov'. Perceval ha convertido la obra de juventud del dramaturgo ruso Anton Chéjov (1860-1904), una historia de amor y autodestrucción, en una pieza para nueve actores y un pianista. Ha reducido a más de la mitad el número de personajes de esta obra, considerada como el 'Don Juan' ruso, y también ha eliminado el final. "Lo consideraba un poco aburrido", ha señalado Steven Van Watermeulen, uno de los actores de este montaje de la compañía belga NTGent. El Teatre Lliure de Montjuïc acoge esta versión concentrada de 'Platonov' este viernes y sábado.
La manera como se creó el montaje fue particular. "En principio los actores habíamos sido seleccionados por Perceval para montar 'Saló', de Pasolini. Pero a mitad de la preproducción el el director cambió de idea para hacer 'Platonov', reduciendo el texto y el número de personajes".
'Platonov' muestra el conflicto de un hombre que ama a varias mujeres pero es demasiado honesto, como él mismo dice en la obra. Platonov dice lo que piensa pero sufre al no poder decidir entre sus amores. Las quiere a todas. Sus dudas le impiden ser feliz, le llenan de melancolía y dolor. En la obra ama y corteja a tres mujeres muy diferentes. Por un lado está Sasha, la madre de su hijo; por otro, Ana Petrovna, su amiga del alma y la tercera en discordia es Sophie, un amor romántico.
DIFERENTE PLANTEAMIENTO
Esta versión empieza con el suicidio de Platonov, una licencia del director, y a partir de ahí explica la historia de forma retrospectiva. La puesta en escena contemporánea de Perceval utiliza una escenografía muy sobria, dominada por un gran piano de cola situado en una diagonal que atraviesa el escenario.
Van Watermeulen interpreta el personaje de Nikolai Trileski, el médico del pueblo, álter ego de Platonov. "Es un ser todavía más oscuro y sombrío que el protagonista", ha dicho Watermeulen. Su personaje habla "en un dialecto holandés que casi nadie entiende en mi tierra", que, como el resto de la obra, se verá con subtítulos en catalán. "Es algo que no importa porque en este montaje lo interesante es el sonido de las palabras, el texto y la música". De hecho, el actor considera más importante la labor del pianista Jens Thomas, que improvisa la música, que la del propio Bert Luppes, que encarna a Platonov. Su música transmite las emociones y los estados de ánimo de los personajes y la tensión entre ellos. "En escena todos los personajes están alineados de una forma concreta. Movemos nuestros cuerpos como si formáramos parte de una partitura. Hay que estar muy atento, sobre todo a la música". La mirada de los actores es otro de los ejes sobre los que pivota el montaje.
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