UNA historia de GRÀCIA... Biblioteca Jaume Fuster

La montaña artificial que ofrece lectura

La biblioteca de la plaza de Lesseps, construida en el 2005, alberga 110.000 libros

Lugar de encuentro  8La biblioteca de la plaza de Lesseps.

Lugar de encuentro 8La biblioteca de la plaza de Lesseps.

ANNALISA PALUMBO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Encaramada en el lado norte de plaza de Lesseps, en el número 20, la Biblioteca Jaume Fuster, con 5.026 metros cuadrados de superficie, es una de las más grandes de la ciudad. Dedicada a Jaume Fuster, escritor y político catalán, fue diseñada por el arquitecto Josep Llinás Carmona. Se ubica en un solar desocupado que antes acogía las antiguas cocheras del metro de Lesseps.

«Los vecinos querían que en este solar se hiciera algo deportivo o social, pero el Institut de Cultura de Barcelona era reticente», explica la directora de la biblioteca, Carme Galve. Al final, se decidió por una biblioteca, que se inauguró el 13 de noviembre del 2005. Su aspecto es el de una montaña artificial que se podría incluir en Collserola, cuyas raíces llegan hasta el limite posterior de la plaza y rozan la avenida de Vallcarca.

Conexión interior

«La marquesina del acceso principal invita a la gente a entrar en la biblioteca. Esto no es un simple contenedor de cultura, es un espacio de encuentro, una ágora griega», sigue Galve. Todos los espacios interiores de la biblioteca están conectados entre ellos. Las estanterías para libros son el único obstáculo. Y hay escaleras de caracol por todo el edificio.

La planta rectangular, combinada con la forma diagonal del techo, facilita que la biblioteca sea un espacio abierto. Desde fuera, se aprecia mejor este efecto, ya que cada piso tiene una cubierta que se enlaza con las demás, creando una ilusión de movimiento también gracias al color más claro de la parte baja del edificio, que se oscurece mano a mano que la vista sube. «Las enormes ventanas permiten ver lo que pasa en la calle, y al mismo tiempo no conceden intimidad a los usuarios de la biblioteca», cuenta Galve.

Después de nueve años de actividad, el edificio dedicado a Jaume Fuster sigue cumpliendo su función de biblioteca central del distrito, con hasta 2.200 visitas diarias. Acoge el Arxiu Municipal de Gràcia, una cafetería y una sala de estudio nocturna, además de un espacio de exposiciones y un auditorio. Tiene 110.000 libros. «Aquí trabajamos la cultura como creadora de ciudadanía», concluye Galve.