Miquel Lacasta, 'coworker': "Queríamos romper con la oficina compartimentada"

El fundador del primer centro de trabajo compartido de España explica cómo funciona este negocio en Gràcia

Miquel Lacasta, socio fundador de la empresa de 'coworking' Kubik.

Miquel Lacasta, socio fundador de la empresa de 'coworking' Kubik.

MARTA ALCÁZAR / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El término coworking define el espacio donde trabajan distintos profesionales. Pero en el 1994, cuando tres arquitectos y un especialista del márketing alquilaron un ático en la calle de Lluís Antúnez, 6, nadie lo conocía. Nacía Kubik, el primer coworking de España. Hoy ocupa las tres plantas del edificio y tiene planes de expansión. Miquel Lacasta (Barcelona, 1965), es uno de los cofundadores.

-¿Cómo surgió la idea?

-Cuando empezamos auguraban que con el e-mail trabajaríamos desde casa. Éramos cuatro -Marta Borbonet, Carmen Santana, Javier Creus y yo-, y queríamos relacionarnos y romper con la oficina compartimentada. Luego entraron Luis Ángel Fernández Hermana y Jéssica López.

-Vivieron una revolución.

-Ha cambiado la manera de trabajar, los horarios, la localización y el tejido productivo. Hemos ido aprendiendo sobre la marcha y siempre estamos innovando. Aquí empezaron proyectos como Atrápalo.

-¿La receta del éxito?

-Las personas que han pasado por aquí y nuestra inquietud, nunca nos hemos creído que lo teníamos. Y la ubicación en Gràcia es clave.

-¿Qué espacios tienen más éxito ?

-Los comunes crean encuentros espontáneos y sinergias, como el comedor o la escalera. Y siempre probamos nuevas ideas, como un pensódromo o plantas naturales para regular la temperatura. Los talleres, dentro y fuera, funcionan muy bien.

-¿Asiste gente del barrio?

-Claro. Cualquiera que quiera participar solo tiene que llamarnos. Nos conocen por las redes sociales y el boca a boca. Estamos convirtiéndonos en equipamiento de barrio.

-También tienen éxito los cuadros de las paredes.

-Todos tenemos un pasado. Fui pintor y expuse con mi segundo apellido, Codorniu. Los primeros diez años combinaba la arquitectura en la tercera planta con la pintura en la primera. Me quedé con la arquitectura, realquilamos el estudio y distribuimos los cuadros.

-Han creado escuela.

-Me parece pretencioso afirmarlo, pero nos viene a ver gente para aplicar lo que hemos creado. Creemos que las oficinas seguirán esta lógica de espacio sin barreras.

-¿Tenéis proyectos de futuro?

-La idea está madura para crear una red de Kubiks, pero necesitamos inversión. En septiembre nos abriremos a quien quiera unirse.

TEMAS