cOn mucho gusto. CUADERNO DE GASTRONOMÍA Y VINOS

Sentarse a comer

Los programas de cocina generan audiencia, pero dedicamos menos tiempo al placer de disfrutar de la mesa. La receta visual nos aleja de la realidad del menú diario.

Manuel Esteve, ganador de la pasada edición de 'MasterChef Junior'

Manuel Esteve, ganador de la pasada edición de 'MasterChef Junior'

MIQUEL SEN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mientras nos sumamos a las tendencias europeas capitaneadas por Francia y por Alemania, que dan un promedio de 20 minutos para comer al mediodía, las televisiones se llenan de programas de cocina en los que el tiempo dedicado a la elaboración de los platos está muy por encima de las cocciones rápidas que nos vende la industria alimentaria. Dicho de otra manera, por un lado va el campeón de MasterChef Junior, Manuel Esteve, un niño de 11 años descrito como «inteligente, divertido y muy creativo» (si no fuera creativo, no tendría lugar en este mundo), y por otro Manolito Gafotas y sus padres peleando por unos macarrones hechos con tomate de lata, alternativa al pollo con patatas fritas en aceite de coche.

Es el resultado de una curiosa actitud que valora con doble rasero nuestras actividades. Dedicar tiempo y dinero a la comida está mal visto, mientras que gastarlo en otro tipo de ocio merece un aplauso. Como el tiempo es oro, no merece la pena invertirlo en ingredientes baratos, pero de gran resultado en el plato. Tenemos que ganar pasta y no perderla preparando un escabeche tibio de pescado azul, poco creativo pero tremendamente sabroso y asequible. Si queremos ser performantes, existen unos raviolis que están listos con tres minutos de cocción, lo que nos permite coger el coche para ir rápidamente al gimnasio.

KILÓMETRO 0 / Los cocineros capaces de elaborar un menú fundamentado en productos frescos y de proximidad a 20 euros merecen un homenaje, una placa fosforescente que nos recuerde su ubicación. De entre ellos mantengo fidelidad a Lluís de les Moles, un chef que plantea una fórmula basada en la elección entre unos 10 primeros y 10 segundos pensados para el mediodía, cuando apetecen platos como un conejo deshuesado cocinado a la plancha, salseado con un romesco bien hecho. Lluís Piera juega con nuestro paladar diario, alagándolo con un bacalao pochado en caldo corto, acompañado de una caponata, con alcaparras, aceitunas, pasas y piñones, más su toque de vinagre. De acuerdo que existen otros sistemas de menú, pero sentarse a la mesa, conversar y comer sin prisas no es pecado mortal de pérdida de tiempo.