Punta de cuchillo

Que llega el mosto

PAU ARENÓS

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En el verano del 2014 tuvimos una sorpresa dulce: en dos restaurantes, mis hijos encontraron mostos delicados, que les sirvieron en copas de vino. No fue pijería sino sensibilidad porque no se trataba del habitual líquido pegajoso, sino de una selección de monovarietales. La empresa Suc de Vida envasa un producto llamado Mono. Cada botellín contiene un tipo de uva: cabernet sauvignon, trepat, merlot, xarel·lo y montònega. Son muchos los asombros. Tienen añada, proceden de cepas viejas repartidas por varios territorios (en la web de Suc de Vida están detalladas fincas y zonas), trabajan a mano las vides y alguna de las variedades que cosechan es poco común. ¡Cuántos vinos corrientes están hechos a patadas! Y no me refiero a la actividad de pisar la uva.

De niño, solo conocía el mosto Greip, que cumple 50 años y es fácil de encontrar en los súper, a diferencia de este Mono, que he rastreado por los lineales sin éxito.

Lo de la bebida sin alcohol irá a más: que espabilen las bodegas porque tienen la posibilidad de complacer a bebedores, abstemios o no, que querrían disfrutar de un tinto sin graduación ideado como si fuera un gran vino.