El prodigio de ser dos

Cuando se saborea un magnífico espárrago con salsa de jamón ibérico se activan las emociones, se alcanzan los rincones ocultos del placer. La satisfacción es plena, se activa la memoria del gusto (ese punto G). Quizá al comensal le acabe sorprendiendo la irrupción del recuerdo de aquellas texturas de la infancia. Aquella menestra de la abuela.

Tan estimulante como si el cocinero, tras la faena, a la hora del encuentro del cliente, explicase que ese espárrago ha crecido en un huerto de su propiedad, donde además se cultivan todas las flores y verduras que sirve en el restaurante. Como el cabrito lechal tan sabiamente elaborado, cabrito seleccionado para corretear en una dehesa extremeña. Las manos y el cerebro del cocinero sobre el producto, desde el prado al plato. Es el concepto con el que se manejan Javier y Sergio Torres. Un particular exponente del Kilómetro 0, filosofía que aturde a muchos fogones de este tiempo.

LA SONRISA DEL CERDO / Los gemelos Torres son los talentos del restaurante barcelonés Dos Cielos. «Nos basamos en las estaciones, el producto de temporada y el sabor de cada ingrediente a la hora de crear. Manipulamos lo mínimo el producto y creamos nuestras técnicas», explican a quien les pide cuentas de su firma. «No podemos entender la cocina moderna sin la cocina tradicional». Recién llegados de una hacienda de Barcarrota (Badajoz), donde corren libres las piaras de raza ibérica y los rebaños de cabritos. Hierba y algarrobas. La denominación de origen Hermanos Torres se dibuja en la sonrisa de sus cerdos. ¿Puercos contentos? «Sí, los hemos grabado en vídeo, que pronto colgaremos en nuestra web», advierte Javier. Búsquenlo en info@hermanostorres.com

EN BUENA COMPAÑÍA / Ante ustedes dos estajanovistas de la cocina con todas las ventaja de ser dos. El milagro de la clonación natural permite discurrir en equipo, investigar, multiplicar trabajo, ideas, pasiones a ritmo de mountain bike. Viajan muy bien acompañados por una treintena de colaboradores. Sobre las cabezas coronadas con gorro de chef del Dos Cielos destaca la de Albert Pujols, mano derecha entre las sartenes para el tándem que se multiplica: acaban de estrenar programa de televisión (Cocina2, 15 capítulos por tierras de España, en Canal Viajar y próximamente en La 1) y libro de recetas (De la tierra al cielo, Planeta).

«Somos cocineros, no actores», dicen con la autoridad de los que conquistaron Brasil y alimentan el juicio con libros como Una comida que evitó un suicidio. Heredaron la pasión de su abuela Catalina, la cocinera que cayó fulminada volviendo del mercado de Santa Caterina. Son bravos como pólvora de duc, cóctel de especias rescatado de un libro medieval, y amazónicos como la mandioquinha que cultivan en El Prat.