COn mucho gusto. CUADERNO DE GASTRONOMÍA Y VINOS

Platos envueltos en oro

Al modo de los patricios romanos, existe ya una oferta gastronómica para los más ricos del mundo en la que el ingrediente caro es un distintivo de clase social.

El jamón ibérico de bellota es producto de lujo en algunas tiendas.

El jamón ibérico de bellota es producto de lujo en algunas tiendas.

MIQUEL SEN

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La página web Finances Online se ha dedicado a rastrear los platos y menús más caros del mundo. Lo hace distinguiendo entre los banquetes proyectados para recoger fondos destinados a las más diversas causas y aquellos que son resultado de una carta de precios astronómicos. En resumen, zampadas que en un día -es decir, desayuno, almuerzo y cena- cuestan el salario de un año de un americano medio. A destacar que en este palo de unos 70.000 euros no consta la merienda, pequeño vicio europeo.

Si tengo que destacar algunos manjares que me desconciertan me quedo con una sopa pho elaborada con buey Wagyu, trufas blancas, caldo de fuagrás, germinado de soja y picadillo de bogavante azul que se subastó en el restaurante Tiato, de Santa Mónica, por 3.696 euros.

La guía on line no precisa exactamente cuáles eran los ingredientes de una tortilla facturada en 739 euros, pero sí aclara de un sándwich con beicon a la trufa negra, aceite de trufa, hojas y polvo de oro, más azafrán, con la firma del Tangberry's, sale por unos módicos 173 euros. Nada que ver con otra tortilla, esta vez de langosta y patatas fritas, recubierta por 283,50 gramos de caviar, a mil dólares, que podemos disfrutar en el restaurante Norma's situado en el Parker Méridien de Nueva York.

La lectura de estos platos de millonarios fatiga. Es una suma de ingredientes sinónimo de lujo, que van desde las perlas auténticas al caviar pasando por los sushis envueltos en hojas de oro. Un listado que se complica en las tiendas especializadas en productos elitistas, entre las que ya figura el jamón ibérico de bellota, que puede servirse en un pan de 26 euros la pieza.

Cierra (o abre) esta propuesta más vulgar que exquisita una ensalada a base de caviar beluga, trufas, patatas doradas al oro, cangrejo y langosta, todo ello perfumado por vinagre balsámico, a 749 euros, que firma el chef Raymond Blanc, del Hempel  Hotel. Si este plato parece realizado pensando en el paladar, de los demás no se puede decir lo mismo, de manera que al leer esta guía dorada, para muy afortunados del billetero, nos entra un hambre feroz pensando en unas sencillas croquetas, hechas con un ingrediente carísimo: el sentido común.