Mañanas con tenedor

La paradoja, el debate, la idea, por en este orden, saltaron durante uno de los encuentros de la sociedad gastronómica Barcelona Born Gourmet, que reúne a los establecimientos del barrio de la Ribera que mejor están trabajando el arte del comer y el beber. Estaban celebrando un esmorzar de forquilla pero se dieron cuenta de que nadie o casi nadie del grupo (1881, Euskal Etxea, Bar Àngel, Golfo de Bizkaia, Oaxaca, Pork, Sagardi BCN Gòtic, La Vinya del Senyor, Sagàs, Orio Born, Bodega La Puntual, Vila Viniteca) los ofrece.

Descubierta la paradoja, surgió el debate. ¿Por qué no todos los restaurantes los sirven? «La sociedad ha cambiado. Antes, esos desayunos los tomaban la gente del campo o de los mercados, que llevaban horas currando y llegaban con hambre», analizaba José Varela (La Puntual). «Ahora eso funciona más los fines de semana. Ciclistas aficionados, excursionistas, boletaires, moteros...».

Ramon Parellada (La Vinya del Senyor), en cambio, es de los fieles a la tradición en su histórica Fonda Europa, en Granollers. «Es una de nuestras señas de identidad». Y recuerda que la expresión esmorzar de forquilla nació de la pluma de Josep Pla. El escritor estaba recorriendo Catalunya en los años 50 y al llegar al Vallès Oriental se alojó precisamente en la Fonda Europa. Una mañana acudió al mercado y pensó que se había despertado muy tarde, pues vio bares y restaurantes llenos de gente desayunando como si estuvieran comiendo. Y definió aquellos ágapes como «esmorzars de forquilla».

Pura tradición, pura identidad gastronómica. La misma que defiende Barcelona Born Gourmet. Por eso empezaron a dar vueltas a la idea. Quieren servir esmorzars de forquilla, como años ha, cuando el mercado del barrio era uno de los principales mercados de Barcelona. Están barajando turnarse por días. Los lunes, tal restaurante, los martes, otro...

De materializar la idea, entrarían en el club de restaurantes que hacen desayunos de lo más contundentes. De los últimos en llegar, también del Born, es Llamber (Fusina, 5), donde Fran Heras ha creado una carta con tres platos de peso, «con los que ya no hace falta comer» (fabadas, callos y chipirones con fesols de Santa Pau). Son los reyes de una propuesta que sirve de 9.00 a 13.00 horas y en la que también hay tortillas, huevos a baja temperatura, tablas de quesos asturianos y tostadas con pan de molde ecológico que se acompañan de confituras, miel y mantequilla. «Estos desayunos son muy nuestros, más que el brunch. Y los hacemos con nuestro estilo», subraya, en referencia a sus orígenes asturianos.

#LACOCINASINMAMONADAS / Una de las referencias en Barcelona es Granja Elena (paseo de la Zona Franca, 228), adonde peregrinan comensales de toda la ciudad. Allí, los hermanos Abel, Patricia y Guillermo Sierra siguen la línea abierta hace 40 años por sus padres (de 7.00 a 16.00 horas de lunes a viernes y hasta las 13.00 horas los sábados). Son especialistas en esmorzars de forquilla (Borja usa en Twitter los hashtags #lacocinasinmamonadas y #altacocinadebarrio) con una legión de fieles que valoran «la cocina que necesitas horas». «Eso es lo que se ha perdido, más allá de si es desayuno, comida o cena», valora Borja. Siempre llenan.

Hay varios locales que mantienen el esmorzar de forquilla: Can Vilaró (Borrell, 61), Taverna Can Roca (Gran de Sant Andreu, 209), La Cova Fumada (Baluart, 56), Gelida (Diputació, 133), Bartolí (Vallespir, 41), Can Ravell (Aragó, 313), El Racó de l'Agüir (Tamarit, 117), Paella Bar Boqueria (en los pórticos del mercado, donde también dan desayunos Pinotxo, Kiosko Universal, Bar Central y El Quim de la Boqueria), Can Ros (Roger de Flor, 303), Taverna Mediterrània (Granados, 58), Ca la Mercè (Pallars, 232), La Pubilla (plaza de la Llibertat, 23), Bodega Massana (Horta, 1), Mediterrani (Diputació, 73)...