CERTAMEN DE JÓVENES VALORES

Lleida examina a futuros 'cracks' de los fogones

Raimat pone a prueba en un concurso a estudiantes de cocina catalanes

Jordi Cruz habla con un concursantes ante la mirada de los miembros del jurado Pau Arenós y Tana Collados.

Jordi Cruz habla con un concursantes ante la mirada de los miembros del jurado Pau Arenós y Tana Collados.

EVA VISA
LLEIDA

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Con un presupuesto máximo de cuatro euros es posible cocinar platos que complazcan a los paladares más exigentes. Así lo demostraron los 15 estudiantes de cocina que participaron este jueves en la final de la segunda edición del Concurso Raimat con los Jóvenes Talentos de la Gastronomía, que tuvo lugar en la Escuela de Hotelería y Turismo de Lleida. Los jóvenes aprendices prepararon recetas tan elaboradas como sugerentes como, por ejemplo, timbal de calabaza y butifarra negra con canelones de girelles, falso maki de pámpanos de arroz cremoso con salsafins, y milhojas de carrillera a la jardinera.

Entre fogones, todo eran nervios y prisas. Para muchos, era la primera vez que participaban en un concurso de cocina y querían dejar el listón bien alto. Ante ellos tenían a un exigente jurado que les cuestionó cada una de sus decisiones y les recordó que lo primordial es siempre el sabor y no la estética. También les criticó sin piedad los fallos. «Valoramos lo mismo que un cliente de un buen restaurante. Tienen que estar también preparados para recibir críticas», afirmó el presidente del jurado, el televisivo Jordi Cruz.

VISIÓN COMPLETA DEL CHEF / El desparpajo y el no quedarse en blanco fueron puntos a favor de los concursantes que, como futuros empresarios, debían vender bien su producto. Tenían el discurso preparado y también algunas respuestas. «Apostamos por el talento. Les pedimos una visión muy completa de lo que es ser un cocinero, es decir, que tengan en cuenta los costes, el producto y la estacionalidad. Los platos deben tener mucha alma», afirmó Cruz, el chef más joven de España en recibir una estrella Michelin. El cocinero valoró «muy positivamente» este tipo de concursos, que han adquirido popularidad con los realities: «Estos programas hacen que la gastronomía sea vista por mucha gente como algo atractivo». «Enseñamos que cocinar en casa es sencillo si tienes unas mínimas bases, es sano y también es, por supuesto, económico».

Pero un buen plato puede ganar empaque si va acompañado de un vino acertado. Por eso, los jóvenes talentos presentaron sus maridajes. El jurado escogió la mejor receta y el mejor sumiller de cada escuela de hostelería que participó: Àngel Esteve y Geoffrey-Adrien Gómez (Lleida), Albert Boix, Eudald Creus y Javier del Hoyo (Girona) y Mayte de Frutos y Esther Pi (Barcelona). El premio consistió en 2.000 y 500 euros (para cocinero y sumiller, respectivamente), destinados a ampliar sus estudios de gastronomía.