tragos con tecnología

El vino toma la pantalla

Varios restaurantes ofrecen cartas digitales que agilizan la búsqueda

La tableta de Windsor, el último restaurante de Barcelona que ha incorporado la carta digital.

La tableta de Windsor, el último restaurante de Barcelona que ha incorporado la carta digital.

FERRAN IMEDIO / BARCELONA

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Los agoreros que anuncian la muerte del papel estarán contentos. Ya son varios los restaurantes que han cambiado las cartas de toda la vida por tabletas digitales. Comodidad, rapidez, duración, modernidad... Son muchos los argumentos que están convenciendo a los restauradores. Monvínic, Magnum, Ají, Floreta, Windsor, Shanghai, Els Tres Porquets, Bo·tic, Motel Empordà...

Pregunta de Trivial. ¿Cuál fue el primer restaurante del mundo que apostó por la carta digital? Difícil respuesta. Quizás El Celler de Can Roca en el 2004, pero no lo anunció. Tenía 1.200 referencias en la bodega y Josep Roca pensó en digitalizarla. Hasta el 2006, el restaurante ofrecía un carro con cartas de papel y otro que era un mueble hecho a medida con una pantalla táctil conectada a dos ordenadores que iban escondidos. Fue la primera de España. Luego llegó la de Coque (Humanes de Madrid) en el 2005.

«Fueron tres años de trabajo. Tenía 4.500 fotos de etiquetas, elaboradores y viñas que había pedido a las bodegas y que llegaban por CD. Pero al salir el Ipad, que popularizó las tablets, y con el cambio de local lo dejamos y apostamos por el papel... Además, con el juego de imágenes, música y tacto que proponemos en la visita al restaurante creímos que no hacía falta agobiar más con lo digital», recuerda Josep Roca, sumiller del mejor restaurante del mundo.

EL BULLI SE APUNTÓ EN EL 2006

En el 2006 se apuntó El Bulli. «Era una tableta táctil que solo funcionaba con un bolígrafo especial, no con el dedo», recuerda Ferran Centelles, exsumiller del mito de Cala Montjoi y actual responsable de la web www.wineissocial.com. «Teníamos 1.600 referencias, así que volcamos la carta en internet para quien quisiera consultarla y nos enviara sus preferencias por e-mail antes de venir a comer. Luego se podía consultar en el mismo restaurante con aquel dispositivo, aunque seguíamos ofreciendo la carta de papel». Fue una apuesta de Lucas Payá, que luego se fue a EEUU con José Andrés.  

En Monvínic, las ocho tablets tabletsllegaron en el 2008, aunque llevaban trabajando en ellas desde el 2004. Isabelle Brunet, jefa de los sumilleres, dirigió el proyecto, necesario dada la enorme bodega que ofrecen: entre 2.000 y 4.000 referencias según la época del año (entre 30.000 y 40.000 botellas) procedentes de 20 países del mundo. Todas con fotos de la botella, del viñedo y del bodeguero. El año pasado renovaron y mejoraron el diseño y el programa. «Da mucho trabajo pero desde el primer día tuvo una gran aceptación», recuerda Brunet.

¿Cómo debe ser una carta digitalCentelles lo tiene claro: «Sencilla y simple. Si no, creas una barrera con el cliente». En Windsor han sabido seguir esa pauta. «Hemos acertado de pleno», explica Joan Junyent, responsable de este clásico moderno de la cocina catalana cuya elegante y funcional carta digital ha encontrado una gran acogida entre su público. «Al contrario de lo que pensábamos, el cliente no se entretiene con la tableta como si fuera un videojuego sino que decide qué quiere pedir muchísimo más rápidamente que antes. Sobre todo, porque está acostumbrado a las pantallas táctiles».

LA IMPORTANCIA DEL DISEÑO

La rapidez viene dada porque el cliente va directamente al vino que quiere en un par de clics. «Por eso es tan importante el diseño. En nuestra carta, la primera página ya es una pregunta para el comensal, que responde escogiendo qué quiere. Un blanco, un tinto, un rosado... Evita que vaya pasando de página en página, y si hay muchas referencias, la de papel es voluminosa, pesada e incómoda», prosigue Junyent. «Además, es más higiénica porque se le pasa un paño tras cada uso; en cambio, la del papel puede mancharse con el vino o la grasa y queda ahí. Y las hojas se doblan, se rompen...».

En Shanghai llevan ya seis años maridando vinos y maridandotablets. «Tenemos 750 referencias, así es mejor que con un libro con todas ellas. Es más cómodo», explica Meilan Kao, portavoz de uno de los mejores restaurantes chinos de Barcelona, que también las tienen el Kao Dim Sum. «La carta de comida no la ponemos porque no hay tantos platos y tienen más rotación», razona Kao. «La acogida ha sido muy positiva, salvo algunas personas muy mayores, a las que se les hace una montaña manejar una tablet».

COMODIDAD

Floreta es de los pocos que también anuncian los platos a través de la pantalla. Así lo valora su chef y propietario, Xavi Jovells: «Va de maravilla. No entiendo por qué no hay más porque no cuesta nada actualizarla y no tienes que ir imprimiendo luego las hojas».