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Carles Gaig lleva su canelón a Singapur

Abrirá en junio un local de cocina tradicional catalana

El futuro restaurante, antes de las obras.

El futuro restaurante, antes de las obras.

F. I.
BARCELONA

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carles Gaig está protagonizando una de esas historias que parecen increíbles pero que, de vez en cuando, ocurren. Apareció un anónimo empresario coreano por la puerta de su restaurante barcelonés, comió, disfrutó y, al acabar la comida, le propuso abrir un restaurante en Singapur, donde vive. Y Gaig no le dijo que no; solo le pidió ver dónde iban a montarlo. Y el empresario, un enamorado de la cocina catalana, le dio los billetes de avión, así que Gaig no tuvo más remedio que aceptar (se supone que tras pedirle consejo a su gran amigo Nandu Jubany, que triunfa con Foc en la misma ciudad asiática).

Allí estuvo cinco días de la semana pasada, comprobando la zona (en Dempsey, lleno de jardines y casas nobles), tratando con proveedores, viendo el local (todo acristalado, con vistas a la densa vegetación que lo rodea), sugiriendo cómo debería ser la cocina ideal para sus necesidades… «Todo fue positivo», recuerda.

SE LLAMARÁ VENTANA / El restaurante, que abrirá a finales de junio, se llamará Ventana by Gaig (quería Finestra, pero ya estaba registrado), y se dedicará a la cocina que domina con maestría: catalana y tradicional. «Habrá fideuás, arroz marinero con gambas, nuestro canelón -¡cómo no!-, coca de escalivada, una ensaladilla rusa muy nuestra, buñuelos de bacalao…», enumera el barcelonés, que ya está haciendo pruebas en casa para que el debut sea impecable.

Gaig, que tiene otro restaurante en la terminal 1 del aeropuerto de Barcelona (Porta Gaig) y firma con Jubany la carta del Sport Hotel Hermitage Andorra, pondrá al frente del establecimiento a su hija Núria en la sala y a su yerno Eduard Castellarnau en la cocina, además de enviar a otro chef y a otro metre para reforzar la apuesta durante los primeros meses. El precio medio de la carta se situará en unos 70-80 euros.

Singapur , cuenta ilusionado el cocinero, ama la cocina catalana. Y es verdad. El suyo es el último restaurante en llegar, pero antes han ido dejando huella Santi Santamaria con Santi (el cocinero murió allí mismo durante una visita en febrero del 2011 al local que dirigía su hija Regina) y Pol Perelló (ex de El Bulli). Foc era, hasta el aterrizaje de Gaig, el último en llevar la gastronomía catalana a la ciudad asiática.