ENTREVISTA A DAVID DEMARÍA

"He vivido un doble embarazo"

El artista gaditano presentará 'Séptimo cielo' el 21 de octubre en la sala Barts

LUIS MIGUEL MARCO / BARCELONA

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Llega con la guitarra al hombro, ‘zapas’ negras Converse, tejanos pitillo, camiseta agujereada y la voz caliente para un acústico matinal. David DeMaría (Jerez de la Frontera, 1976) es más diurno ahora que es padre. El pasado 20 de diciembre nacía su primer hijo, Leonardo, y hasta la ecografía le sirvió para escribir la canción, ‘Bienvenido a la vida’. Forma parte de su disco ‘Séptimo cielo’, que presenta en directo el próximo 21 de octubre en la sala Barts de Barcelona y el 4 de noviembre en Madrid.

-¿Cómo es parir un disco cuando a la vez se está alumbrando vida?

-He vivido, efectivamente, un doble embarazo, el del disco y el de mi hijo Leo. Y lo he llevado con mucha sensibilidad y también con la responsabilidad de saber que iba a ser papá primerizo. El disco lo grabé antes de verle la cara;  seguramente ahora le haría otro distinto. 

-El primer disco escrito con chocolate… con churros. ¿Ha dejado atrás muchas locuras?

-Es que la gente de mi generación creo que hemos retardado demasiado el comprometerse y formar una familia.  Teníamos miedo a dar ese paso. Pero no se puede ser como un adolescente romántico y atormentado a los 40, que es la edad que tengo ahora.

-¿Por qué no ha sido padre antes?

-Porque no encontré la mujer adecuada hasta que llegó Lola Escobedo, que era mi mánager y me organizaba el día y ahora es mi esposa y la madre de mi hijo.

Antes de su boda jerezana, David DeMaría mantuvo una larga relación con la actriz Elsa Pinilla y una breve historia con la cantante Chenoa: al mes de confirmar en el escenario su relación con un beso anunciaron que rompían.

-Cómo es Lola?

-Ella me ha salvado la vida. Porque el músico suele ser muy anárquico y a veces vive como si no hubiera un mañana. Yo he perdido mucho tiempo y muchas energías  jugando a tirar a los dardos de madrugada. Tener una vida organizada a mí me ha centrado mucho. Es también una mujer cañera. Estoy hecho un padre del siglo XXI, cambio pañales y doy el biberón.

-Hay sonido cubanos en ‘Séptimo cielo’. ¿Tiene que ver con su luna de miel en la isla?

-Tengo grandísimos amigos y hermanos en Cuba. En los últimos tres años he viajado allí. Me dieron el premio Cuba Disco, fui a tocar en directo y sí, me llevé a mi mujer a que conociera la isla. Hay algo de esos caminos de ida y vuelta en el disco, sobre todo en ‘Y si te vas’. ‘Y si te vas, tanta paz de lleves, como calma dejas.

-Son 40 años de existencia y 20 de carrera.

-Sin contar los años del insti haciendo versiones de El Último de la fila, Nacha Pop o Radio Futura, que así empecé. Eso también hay que celebrarlo en los conciertos.

-Los sinsabores mejor olvidarlos. ¿Se ha sentido maltratado por la industria discográfica?

-Ha habido platos amargos y platos agrios directamente, pero yo tengo aún ganas de postre.

-Algunos compañeros se han quedado por el camino. Estoy pensando en Manolo Tena.

-En esta gira le hago un homenaje y canto su ‘Pasión gitana’. Su metabolismo le falló cuando él tenía más ganas de vivir. Él me contaba que había que sembrar con luna negra los buenos pensamientos. Era una persona que viajó mucho, un ser entrañable, místico. Encontró en la madre naturaleza fuerza para salir de sus adicciones. Pero su cuerpo dijo: ‘hasta aquí’.

-Hay una imagen de usted al teclado con su hijo sentado en su regazo. Eso es el ‘Septimo cielo’.

Es lo más parecido. Yo uso Instagram como un álbum personal. Me da miedo mostrar mi intimidad, pero esa foto es algo entrañable. Él ya se tropieza en casa con los guitarras y aunque será lo que él quiera se enfada cuando dejo de tocar. Tiene un abuelo médico, otro abuelo bombero, un padre músico y una madre que trabaja en la industria musical. Lo importante es que se encuentre un porvernir y un gobierno mejor que el que tenemos.

-Usted al menos vive de esto. Otros se han quedado en la cuneta.

-Es que tiene un punto de testarudez seguir en esto. Yo siempre he sido muy currante. No he llegado a casa a esperar al siguiente concierto. Yo compongo [Malú, David Bisbal, Bustamante, Pastora Soler...] y siempre estoy liado con otros músicos. La magia de componer mano a mano, con Víctor Iniesta en este caso, a mí es la que me sigue haciendo sentir un chaval, es lo que me hace sentir joven.

- ¿Y el escenario?

-Es un chute. Como lo digital también nos ha dado la espalda como autores, nuestra credibilidad es la del directo. Yo creo que soy de los artistas más cercanos al pueblo. Este año he estado en un montón de fiestas patronales.  

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