DE 'LO IMPOSIBLE' A 'SPIDERMAN'

Tom Holland: el superhéroe con cara de niño

Tras sobrevivir al 'tsunami' de Bayona y pasar hambre con Ron Howard, el actor inglés se ha enfundado el traje de Spiderman. Pocas acrobacias hubo que enseñarle. Él fue Billy Elliot.

Junto a Naomi Watts, en un fotograma de 'Lo imposible', de J. A. Bayona.

Junto a Naomi Watts, en un fotograma de 'Lo imposible', de J. A. Bayona.

OLGA PEREDA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Acostumbrado a entrar en casa por la noche y preguntar a gritos: «Mamá, ¿qué hay para cenar?» Tom Holland tiene que aprender ahora a cocinar. Es lo que conlleva hacerse mayor e independizarse. A sus 21 años, el actor británico acaba de abandonar el hogar familiar y se ha buscado su propio piso. De momento, la cocina no se le da bien, así que está tirando de teléfono para encargar comida en casa. Otra asignatura pendiente es la de ordenar todas las cajas que tiene por el suelo, inundado de tazas, camisetas y muñecos de Spiderman. Él es Spiderman. No estaba preparado para serlo -según confesión propia- pero lo es.

Tampoco estaba preparado para debutar en cine y sobrevivir a un 'tsunami' y lo hizo. Eso sí, apadrinado por J. A. Bayona, con quien empezó siendo un crío. Han pasado los años, pero el talentoso, inteligente y atlético Tom sigue teniendo carita de niño, algo que lejos de ser un lastre se ha convertido en una virtud. «Buscábamos a un actor joven para el personaje porque así era originariamente en el cómic. Ese es el milagro de haber encontrado a Holland. Hemos conseguido a alguien que podría pasar claramente por un chaval de 15 años», explica Kevin Feige, todopoderoso presidente

de Marvel, estudios que estrenarán 'Spiderman: Homecoming' el próximo 28 de julio.

JUNTO A MAMÁ WATTS

Hijo de una fotógrafa y un guionista, Holland (Kingston upon Thames, Surrey, Reino Unido, 1996) era un niño de 14 años bregado en clases de danza cuando Bayona lo reclutó tras un severo proceso de 'casting' para formar parte de 'Lo imposible', película que recrea el 'tsunami' que asoló el sureste asiático en el 2004 y en la que daba vida al hijo de la protagonista (Naomi Watts), un chaval obligado a crecer de golpe después de que toda su familia tocara la muerte. Durante la presentación a la prensa del rodaje en los estudios de La Ciudad de la luz (Alicante), el pequeño Tom se sentó al lado de mamá Watts. Se le veía tímido y prudente ante los reporteros, pero también encantado. Tanto que no paraba de sonreír. Poseedor de una inocencia maravillosa, Tom ya apuntaba maneras de convertirse en lo que es ahora: un actor con (fingido) aspecto torpe y desmañado y con una profundo sentido del trabajo. Es un tipo que cae bien a todo el mundo, un ser humano que desborda luz, buen rollo y energía.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":null,"text":"\u00abBayona me\u00a0lo ense\u00f1\u00f3\u00a0todo en el cine\u00bb, asume el joven, que siente admiraci\u00f3n por el cineasta barcelon\u00e9s"}}

Lo imposible no solo supuso su debut en el cine sino un master. «Bayona me lo enseñó todo en el cine», confiesa con admiración. Inmerso en el agua durante horas, el crío aprendió que a una película se viene a trabajar y a sufrir. El esfuerzo mereció la pena y la industria le aplaudió por convertirse en uno de los suyos.

HAMBRE EN CANARIAS

Su siguiente rodaje también fue en el agua y en España. Ron Howard le fichó para 'En el corazón del mar', donde daba vida al miembro más pequeño de la tripulación de un ballenero. «Me mareo en los barcos, pero no le puedes decir que no a Howard», confiesa. Todos los actores, incluido el gigante y musculoso Chris Hemsworth (Thor), debieron ponerse a dieta extrema. Por ser menor de edad, con Tom fueron menos exigentes. Pero el chaval pasó mucha hambre. «Perdí la cuenta de los kilos que bajé. La parte más dura de aquella película fue el hambre. Pero había que aguantar el tipo. Después de rodar no podíamos volver al hotel a comer», relataba en Canarias durante un descanso en la filmación.

Una vez estrenada 'En el corazón del mar', el fiel Tom siguió destilando pasión por Howard. «Bayona se va a poner celoso», apuntó un reportero. «Para nada. Él no es nada envidioso. Además, ya ha visto la película y me dijo que estaba muy orgulloso de mí. Y le creo porque es muy sincero y honesto. Si no le hubiera gustado me lo hubiera dicho a la cara».

ACROBACIAS EN TEATRO

Rodar bajo la batuta de Bayona y Howard fue fundamente para su currículo, pero si hay algo que marcó un antes y un después fue el musical 'Billy Elliot', para el que estuvo dos años preparándose. En 2008 pisó por primera vez el Victoria Palace Theatre de Londres, en el papel principal de la obra (de hecho, asombra su parecido físico con el chaval que protagonizó la versión en cine, Jamie Bell).

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":null,"text":"Durante su visita a Madrid\u00a0por \u2018Spiderman\u2019 acudi\u00f3 a un hospital para charlar con\u00a0 ni\u00f1os enfermos"}}

Como parte de su campaña para conseguir ser Peter Parker, Holland envió a los estudios Marvel grabaciones de sí mismo realizando movimientos gimnásticos y de parkour, disciplina que consiste en dar brutales saltos y recorrerse parte de las ciudades, o los parques, solo impulsándose con los brazos o las piernas. Son habilidades atléticas que adquirió y pulió con el musical 'Billy Elliot'. «La preparación que recibí en esa obra fue excelente. Me enseñaron todo lo que sé de maniobras gimnásticas», explica.

ADICTO A REDES SOCIALES

Adicto a las redes sociales (como el personaje de Spiderman en la nueva entrega de la franquicia), Holland descubrió que había sido elegido para convertirse en el mítico hombre-araña en Instagram, donde los estudios Marvel anunciaron la noticia. El actor ni se inmuta cuando le preguntan si lo normal en estos casos no hubiera sido recibir una llamada de teléfono. «No sé. Bueno, yo me enteré en Instagram», asume con la total normalidad de un millennial.

Puede que suene a tópico, pero enfundarse el (incómodo y chulísimo) traje de Spiderman es algo con lo que Holland soñaba desde hace tiempo. Es su superhéroe favorito. Y eso que el traje es todo menos cómodo. A falta de cremalleras (se cose todo a mano una vez puesto) la mayor dificultad consiste en ver y respirar bien. Casi nada. Otro asunto que no fue menor fue el de orinar. Otro imposible que también aprobó con nota. Igual que en el cole.