PROPUESTA TELEVISIVO-GASTRONÓMICA

El suculento menú carnívoro de 'Hannibal'

La tercera temporada se presenta con platos alusivos a la teleserie

Chuletón de luxe.

Chuletón de luxe.

JUAN MANUEL FREIRE / MADRID

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Menos vista de lo que debería, Hannibal es una serie lujosa a todos los niveles: factura impecable, grandes actores (Mads Mikkelsen incluso consigue que nos olvidemos de Anthony Hopkins con su Lecter más cool y sibilino), y también experta cocina. Entre los placeres prohibidos de la serie figura ver los platos dolorosamente suculentos que prepara el villano central con carne de dudosa procedencia (o no tan dudosa: suele saberse de quién es).

Asitimos, este miércoles, al preestreno en Madrid de su tercera temporada, que llegará a AXN el próximo 5 de junio, solo 24 horas después de su estreno en EEUU. Sin entrar en spoilers, diremos que la serie mantiene su magnetismo e incluso se atreve a ir más allá a nivel visual: no es tele, es puro cine. Dirige el arranque Vincenzo Natali, el autor de la película de culto Cube.

La cocina, por otra parte, para mal de nuestro estómago, vuelve a tener gran papel. Todo tiene un aspecto jugoso (no en vano Hannibal cuenta como asesor culinario con José Andrés), pero en cuanto recordamos las fuentes cárnicas, el apetito se viene abajo.

Nuevo espacio culnario

Tras acabar el capítulo llega la hora de probar suerte en la Academia del Despiece, un espacio culinario con poca comparación que desde su apertura en enero se ha convertido en lugar de peregrinación para comensales aventureros. Los ingredientes de su menú serían, quizá, calificados de convencionales por Hannibal Lecter, pero incluso éste debería aprobar la propuesta como novedosa.

Cada tres meses, la Academia propone un curso de algo más de dos horas durante las cuales uno prepara y come sus propios platos, a menudo a base de ingredientes que podemos ser incapaces de reconocer. Se usan pinzas, cucharas inexistentes en la mayoría de cocinas, sopletes de varios tamaños… Siempre siguiendo instrucciones en una pantalla y bajo la supervisión de gente que sí sabe lo que se hace. Y con qué se ha hecho, cosa que vienen a explicar una vez has deglutido cada experimento.

El menú (o la experiencia) de cada trimestre es casi secreto. Los móviles se prohíben para hacer más sorprendente la experiencia a futuros candidatos de la Academia. En realidad, el chuletón que ilustra estas líneas pertenece al trimestre pasado. Pero la carne vuelve a estar presente en el actual. La lástima, diría Hannibal-Mads, es que no venga del género humano.