Rumbacalí reúne a tres voces de leyenda

El disco se titula El duende, la luz y la noche, imágenes poéticas que podemos asociar a Chacho, Maruja Garrido y Lita Claver, La Maña, el poderoso trío que integra Rumbacalí. ¿Un grupo creado para homenajear al género un día impulsado por Peret y El Pescaílla? «El propósito es, sobre todo, unir las diversas ramas de la rumba: la catalana, la flamenca y la mestiza», explica Sicus Carbonell, líder de Sabor de Gràcia y productor de este disco que transmite orgullo y poderío, y que Rumbacalí presenta el jueves en Luz de Gas (21.00 horas).

La Maña cumple hoy 70 años y fue justo hace dos cuando, en plena fiesta de aniversario, con Garrido y el Tío Toni (fallecido el pasado agosto, a quien va dedicado el disco), surgió la idea de emprender esta aventura. «Faltaba un cuarto miembro, la esencia de la rumba», apunta Carbonell en alusión a Chacho, Josep Maria Valentí, pionero de la calle de la Cera en complicidad con Peret. «Fui el primero que le sacó un piano a la rumba catalana», destaca.

Maruja Garrido, cantante muy vinculada a Los Tarantos (su marido, Joan Rosselló, fue el creador y propietario de la sala), se encontraba retirada de la escena durante las últimas dos décadas hasta que reapareció el año pasado, empujada por amigos como el periodista Toni Rovira. En el disco repesca Es mi hombre, adaptación de Mon homme (clásico del cabaret parisiense interpretado en su día por voces como Mistinguett y Édith Piaf), una pieza que encantó a Salvador Dalí. Un pseudo-videoclip de Televisión Española en el que desciende de un helicóptero para cantarla ante un afectado Dalí frente al Arc de Triomf aún causa asombro en You Tube. «Fue todo idea suya. Le dijo a Lazarov: 'Tú bájamela del helicóptero, yo me siento ahí...' ¡El miedo que pasé ahí arriba!», recuerda riendo. Su voz conserva el empaque. «Lo normal es que con el tiempo los cantantes bajen de tono, pero ella canta en el mismo que hace 40 años», elogia Sicus Carbonell.

CON CARÁCTER / La Maña admiraba a ambos «monstruos» y no se perdía sus actuaciones. «Terminaba de trabajar en el Paral·lel y me iba a verle a ella a Los Tarantos y a él al Las Vegas», recuerda. Verse convertida en cantante discográfica es una nueva experiencia. «Un reto y un sueño, ¡a los 70 años! Tengo esa voz aguardentosa, yo que soy abstemia, pero es la que tengo, personal, y cantar en este disco con mi gente, con mi raza, ha sido muy hermoso», explica.

El repertorio del disco incluye canciones de Sicus Carbonell, la repesca de Chao, chao, chao, buru, buru, de Chacho, y un  Chao, chao, chao, buru, burumedleyapunta Carbonell. «Le dije: 'Joan Manuel, eres un rumbero y no lo sabes; casi todas tus canciones se pueden adaptar a la rumba'», revela. En la grabación colaboran Adrià Salas (La Pegatina, que hoy tomará parte en el recital, así como Sabor de Gràcia al completo), Las Migas y Marinah (la voz de Ojos de Brujo).

Mucho temperamento y dos divas en escena. ¿No hay peligro de choque de egos? Estallan en una carcajada. «Si nos peleáramos, con el carácter que tenemos, ¡ardería Troya!», asiente Garrido. Pero añade: «Nos admiramos, nos decimos las cosas y no queremos malos rollos». La demostración, hoy en Luz de Gas. «Nos dejaremos la piel», anuncia La Maña.