REPASO A LA TRAYECTORIA DE UN PIONERO DEL OCIO NOCTURNO

Ricardo Urgell, el 'fundador' de la noche

Un documental repasa la trayectoria del creador de las discotecas Pachá

Ricardo Urgell, fundador de Pachá, en una imagen promocional del documental.

Ricardo Urgell, fundador de Pachá, en una imagen promocional del documental.

BEATRIZ MARTÍNEZ
MADRID

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Buena parte de la cultura nocturna de nuestro país se ha movido al ritmo de Ricardo Urgell y sus discotecas Pachá. Sus centros de diversión y música se han expandido por todo el mundo y se han convertido en iconos del ocio nocturno, desde la época hippy en los 60, pasando por la Movida madrileña hasta llegar a nuestros días, en los que la figura del disc jockey se ha convertido en un ídolo de masas. Precisamente la historia de nuestro país desde el punto de vista del entretenimiento noctámbulo es lo que repasa Miguel Bardem en el documental que estrena Canal+ desde la arrolladora óptica de un hombre que supo ver una forma de negocio en el carácter fiestero español.

«Me gusta mucho el título del documental, Pachá, el arquitecto de la noche», explica Urgell, «porque lo que yo siempre he pretendido es crear espacios, configurar un concepto alrededor de ellos. Eso es lo que más me gustaba. Lo que menos, la noche en sí y pelear por ella».

FAMILIA DE LA BURGUESÍA CATALANA / Urgell, miembro de una reputada familia de artistas y pintores de la burguesía catalana, comenzó a construir su imperio en Sitges, donde inauguró su primer local en verano de 1967. «En aquel momento ni siquiera existía el concepto de discoteca. Fuimos pioneros en todo, como en introducir la música mecánica dentro de una sala. Por eso es la época que recuerdo con más cariño, porque todo lo hacíamos de forma casi artesanal y se conservaba todavía la inocencia».

Poco a poco iría ampliando su emporio y convirtiéndose en referencia, aunque uno de sus hitos personales fue adaptar la fórmula del emblemático Studio 54 a la urbe de Madrid durante los años 80 y trasladarla al teatro Barceló. «Madrid era la capital más divertida del mundo. Se respiraba libertad y cachondeo, espíritu rupturista». Sin embargo, cuando le preguntamos si la forma de administrar el ocio se encuentra vinculada al momento político por el que atraviesa un país, su respuesta es un rotundo no. «En la historia de la humanidad siempre se ha bailado. Daba igual que estuviera Franco o se instaurara la democracia. La gente lo que necesita es desfogarse, olvidarse de todo, saltar, reír y golfear. Eso es el espíritu de la noche».

De todos modos, el empresario reconoce que los tiempos han cambiado mucho. «En mi época se iba a las discotecas a ligar, a divertirse. Ahora se han convertido casi en parques de atracciones, donde la gente profesa culto a un señor que pone música mientras ellos mueven los brazos».

Lo cierto es que, pese a la crisis, el negocio de Pachá sigue expandiéndose internacionalmente, sobre todo gracias al renombre que ha alcanzado el verdadero centro neurálgico su emporio, la discoteca situada en Eivissa, que se convierte cada verano en lugar de peregrinación para amantes de la música electrónica y desde donde han alcanzado fama mundial disyoqueis como David Guetta y Steve Aoki.

Sin embargo, Urgell siente nostalgia de los viejos tiempos, cuando se bailaba agarrado y «la música no era tan repetitiva y machacona». Tras 48 años en el negocio reconoce que su verdadera recompensa sigue siendo «hacer feliz a la gente». «Y si la gente quiere ver a un disyóquey mover los brazos, habrá que dárselo».

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