Preysler y el único vicio del chocolate

«No fumo ni bebo», dice la 'socialité', de 64

ISABEL PREYSLER PRESENTA LÚMEA COSMÉTICA

ISABEL PREYSLER PRESENTA LÚMEA COSMÉTICA / nip

F. I. / BARCELONA

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Sesenta y cuatro años cumplió ayer. Y sesenta y cuatro millones de veces le han preguntado por el secreto de su eterna belleza. Pero Isabel Preysler ya no sabe qué decir. Solo que se cuida lo máximo. Y que no tiene vicios. Nada que ver con la vida disoluta que llevó Jane Fonda. Nada de drogas. Nada de nada. «Ni fumo ni bebo». Bueno, nada de nada no. Algo de chocolate. «Es mi único vicio».

Pero si la actriz estadounidense se dedicaba a hacer aerobic, la viuda de Miguel Boyer prefiere meterse en el agua para mantener la figura después de haber dado a luz a cinco hijos: «Antes nadaba mucho, pero desde que me operaron de las cervicales solo puedo hacerlo de espaldas». Así que intenta dar caminatas de al menos 45 minutos cada día. «Tengo un entrenador que me obliga, no es que me encante. Y ahora que está de moda el chaleco se necesitan 20 minutos para estar en forma», explicó durante la presentación de las cremas de belleza que ha creado y que presentó en Madrid esta detractora del retoque digital. «Que te retoquen un poco una foto no está mal, pero a veces hacen barbaridades y yo me enfado mucho», explica Preysler, que insinúa que ha pasado por el quirófano: «Toda mujer de mi edad que esté medianamente bien algo se ha hecho», responde cuando le preguntan si ella lo ha hecho. O sea, que no todo es natación y chocolate.