ADIÓS AL QUE FUE SU ESPOSO EN LOS ÚLTIMOS 26 AÑOS

Preysler despide a Boyer «desolada»

La reina del papel cuché llora la muerte de su marido rodeada de amigos

Isabel Preysler y Ana Boyer, en el tanatorio de San Isidro de Madrid.

Isabel Preysler y Ana Boyer, en el tanatorio de San Isidro de Madrid.

FERRAN IMEDIO / BARCELONA

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Pese a su histórica exposición mediática, pocos saben a ciencia cierta qué hará ahora Isabel Preysler, de 63 años, con el nuevo papel que le ha tocado interpretar tras la muerte de su pareja, Miguel Boyer, a los 75 años por una insuficiencia pulmonar: el de la viuda más glamurosa de España. Hasta ahora, la filipina había sido un gancho irresistible para la prensa rosa desde el momento en que se convirtió en esposa de Julio Iglesias en los años 70, se casó luego con Carlos Falcó, marqués de Griñón, y acabó en brazos del desaparecido exministro de Economía.

Sus apariciones esporádicas pero selectas en actos promocionales siguen siendo un reclamo imbatible para los medios; sigue siendo la reina del papel cuché. Siempre ha sido 'la' Preysler, estuviera con quien estuviera; ni 'la' Iglesias, ni 'la' Falcó ni 'la' Boyer. Es y ha sido 'la' Preysler.

Pero ahora el panorama ha cambiado. De hecho, ya cambió cuando su esposo sufrió un grave derrame cerebral en febrero del 2012 que puso su vida en peligro y que llegó acompañado por una complicación respiratoria que obligó a los médicos a hacerle una traqueotomía. Tras un par de meses ingresado en la clínica, se volcó en cuidar a su marido. Confesó a LOC que su vida había cambiado «radicalmente» y desde entonces apenas se dejó ver en actos con Porcelanosa, su patrocinador de cabecera, y en alguna que otra escapada con amigos. Tan mal estaba su marido que llegó a rechazar el avión privado que su hijo Enrique Iglesias le prestaba porque era demasiado complicado trasladar todos los aparatos y a los profesionales (dos terapeutas que trataron antes a Jaime de Marichalar tras su ictus) que necesitaba un cansado Boyer.

¿Querrá volver a reinar en el mundo rosa una vez haya superado el duelo? Quienes la han tratado afirman que está «desolada» por la inesperada desaparición de su último marido, por el que abandonó su animada vida social. Fueron casi 30 años juntos; se casaron casi a escondidas en 1988 tras un lustro como amantes en el que no faltaron escapadas románticas a París a pesar de que ambos vivían con sus respectivas parejas, el marqués de Griñón y la ginecóloga, faminista y exconcejala socialista en el ayuntamiento de Madrid Elena Arnedo, madre de Laura y Miguel, los dos hijos del expolítico, a los que telefoneó para comunicarles la noticia de que acababa de casarse.

Aquella ruptura sentó muy mal a Arnedo y sus hijos, pero ayer, en el entierro, se comprobó que el tiempo ha curado las heridas, pues han despedido juntos al economista, con escenas como la de Preysler caminando de la mano de Hugo, nieto del fallecido. Tampoco faltó el tenista Fernando Verdasco, que cogió un avión tras perder un partido en un torneo en China para arropar a su novia, Ana Boyer. 

A la despedida en el tanatorio de San Isidro han acudido también el presidente de Porcelanosa, Héctor Colonques; los empresarios Alberto Cortina, Alberto Alcocer, Alicia Koplowitz y Fernando Fernández Tapias; el periodista Iñaki Gabilondo; Luis Alfonso de Borbón; el escritor Mario Vargas Llosa; la modelo Nieves Álvarez; el marido de la duquesa de Alba, Alfonso Díez; el ministro de Economía, Luis de Guindos; los exministros socialistas Carlos Solchaga y Josep Borrell, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.