el recuerdo de una profesional carismática

Periodista de película

3Una miniserie narra la carrera de Oriana Fallaci

La actriz Vittoria Puccini.

La actriz Vittoria Puccini.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Escribe siempre la verdad». Es lo que la célebre periodista y escritora Oriana Fallaci espetó durante una entrevista a una estudiante de periodismo, que no es sino el inicio de la miniserie La vida de Oriana, que el  primer canal de la televisión pública RAI1, emite en dos capítulos.

Entre 4 y 5 millones de telespectadores han seguido los episodios sobre la carrera de la periodista italiana, que nació  el 29 de junio de 1929, y falleció en septiembre del 2006 a consecuencia de un cáncer.

En la década de los años 60 y 70, Fallaci cubrió los principales conflictos: de Vietnam a Líbano, hasta la guerra del Golfo. Sus reportajes aparecieron en renombradas publicaciones mundiales como el Times británico, la revista Life y el New York Times, y pese a su obsesión por el detalle y por la justicia, fue criticada por su extremo dramatismo. Pero la Greta Garbo de la prensa no se dejó confundir y ejerció de corresponsal de guerra cuando el periodismo comprometido era escaso.

El público, que esperaba un gran éxito de la serie, por encima del reality show Gran hermano, que se retransmitía en paralelo, está decepcionado, tal vez por la ausencia del entusiasmo y la fuerza que caracterizaban a la legendaria reportera florentina, interpretada por Vittoria Puccini, de la que los dirigentes del mundo temían sus duras preguntas.

HISTORIAS DE AMOR / «Es difícil encontrar una vida tan cinematográfica como la suya», reconoce Marco Turco, director de la teleserie, quien también saca a relucir uno de los gestos más valientes de su premiada trayectoria como periodista, cuando en una entrevista retó al ayatolá Jomeini y se quitó el velo, lo que le costó la expulsión inmediata.

La serie, filmada en muchos de los países en los que Fallaci trabajó, narra también las dos historias de amor de su vida, entre ellas con Francois Pelou, director de la oficina de la AFP en Vietnam, y su complicada relación con el poeta griego Alekos Panagulis, opositor a la dictadura de los coroneles.