Pamela Anderson

La nueva política

La exconejita de 'Playboy' ha visitado a Julian Assange, enviado una carta a Theresa May y criticado el atroz machismo de Donald Trump.

PROTECTORA .  Pamela Anderson sostiene un reclamo de P.E.T.A. contra la presencia de animales en los circos, en Londres.

PROTECTORA . Pamela Anderson sostiene un reclamo de P.E.T.A. contra la presencia de animales en los circos, en Londres.

POR núria navarro

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Alguien que es capaz de convertir en vegetarianos a sus perros tiene poderosas dotes de persuasión. Es el caso de Pamela Anderson (Ladysmith, Canadá, 1967), la bamboleante vigilante de la playa cuya foto decoró los talleres mecánicos de los años 90. La exconejita de 'Playboy' está enrolada en 26 causas. Del veganismo al combate contra la violencia de género; y de la liberación del indio lakota Leonard Peltier –entre rejas desde 1971 por el presunto asesinato de dos agentes del FBI en su reserva– a la pelea contra el maltrato anual de los 750 millones de pollos de Kentucky Fried Chicken o el apoyo a las focas de Brigitte Bardot.

Al divorciarse de su tercer marido, Rick Salomon, en abril del 2015, Anderson decidió que quería "envejecer" y dedicarse "a la política" más allá de la protección de los animales, su eterno caballo de batalla. Esta misma semana ha tenido dos 'hits': 1/ Sumarse al nutrido pelotón de voces que denuncian la misoginia del candidato republicano Donald Trump. Y 2/ Visitar a Julian Assange, el cabecilla de Wikileaks, atrincherado en la embajada de Ecuador de Londres desde el 2012, fugitivo de la justicia de Suecia y EEUU.

Pamela, que en el 2006 fue al cumpleaños de Donald Trump y conoció sus maneras de depredador, ha aprovechado una visita esta semana a la Universidad de Oxford para asegurar desde la tribuna que los comentarios machistas del candidato republicano sobre las mujeres "no pueden ser barridos bajo la alfombra".

La actriz, que acompaña al rabino Shmuley Boteach en una 'gira' contra el porno, asegura que también ella ha soportado el "trato de estrella porno" que le han dispensado algunas de sus relaciones. "Que te escupan, te abofeteen o te llamen 'puta' es denigrante", afirma, entonando de paso el mea culpa por colaborar en el arquetipo, en referencia al vídeo de porno casero que grabó con su 'ex' Tommy Lee durante su luna de miel en 1995 y que, más tarde, corrió como la pólvora por internet.

Aprovechando que estaba en Londres con el rabino, Anderson también mandó una carta a la 'premier' Theresa May pidiéndole que no deje actuar a los circos con animales y dirigió sus pasos hacia la embajada de Ecuador, donde está asilado el fundador de Wikileaks, que ha filtrado 7.000 correos electrónicos supuestamente extraídos del ordenador de John Podesta, jefe de campaña de Hillary Clinton. Entre ellos, el que Hillary dijo a Goldman Sachs que le gustaría realizar una intervención secreta en Siria.

AGENTE 'VEGGIE'

Armada con dos bolsas de comida vegana y un ejemplar del libro 'Get a live' de Vivienne Westwood –la modista que los presentó en el 2014 cuando la rubia montaba su protectora de animales–, estuvo un buen ratito con el hacker. "Creo en él y creo que es una buena persona", dijo a la salida. Lo gracioso es que, poco después de abandonar la sede diplomática y bromear con que había "torturado" a Assange con sus delicias 'meat free', la web de Wikileaks fue saboteada, la cuenta de Twitter del ciberactivista empezó a hacer el tonto y corrió el rumor de que Assange había muerto "envenenado". El cautivo tuvo que confirmar que había sobrevivido a Pamela, según los conspiranóicos, enviada por la CIA para impedir la aparición de más correos que sabotearan la escalada de Hillary en los sondeos.

¿Por qué la neumática Anderson se mete en estos jardines? El 1 de julio cumple 50 y se gusta protectora y combativa. ¿Será una avanzadilla de la nueva nueva política?