Lluvia y sol con Henry Méndez

Hoy en la Costa Brava y mañana en la Daurada. Y ayer en Canarias, y pasado mañana en Benidorm,  y  el otro en Valencia... El cantante de origen dominicano Henry Méndez ha optado este año por no competir en la liga de la canción del verano, sin embargo tiene repleta su agenda estival. Esta noche actuará en Tossa de Mar y el lunes en Salou, como invitado en el festival itinerante 40 Hot Mix antes de reemprender sus propios conciertos.

Vecino de Sant Quirze del Vallès y afincado en Catalunya desde adolescente, llevaba mucho en las trincheras de la música latina de baile hasta que, hace dos años, deslumbró con Rayos de sol a escala internacional. El pasado mordió también con fuerza al repescar El tiburón, y este se ha estrenado, por fin, con todo un álbum de composiciones propias y nuevas versiones de sus mayores éxitos, titulado Dale mambo.

Justamente, el esmero con que se ha confeccionado le ha dejado fuera de la competición estival. «Quisimos acabarlo tal y como debía ser, aunque eso significara no poderlo sacar hasta casi junio, por lo que acordé con mi compañía, Roster Music, encararlo de otra manera, más a largo plazo», explica Henry Méndez. «A fin de cuentas, mis canciones son como el veneno de una serpiente, que cuando pica te va inoculando en todo el cuerpo poco a poco. Lo mío es una carrera de fondo». Y para dejar claro que no iba una vez más a la caza de la canción del verano, ha sacado como primer single una canción titulada Como lluvia y un videoclip lleno de nubarrones y gélidas estampas lluviosas de Londres y París, que ronda ya el millón y medio de reproducciones en Youtube.

PREMONITORIO/ Huye de los calores cantando Como lluvia y se encuentra con el verano más lluvioso del siglo. «Es como si fuera siempre el preludio de algo: hago de Rayos de sol la canción del verano del 2012 y nos achicharramos, canto el año pasado El tiburón y ya desde entonces empiezan a avistarse tintoreras en playas catalanas, en Benidorm, en Gandía...», dice Henry Méndez sin acabarse de creer que sea su canción la que ha invocado tanta tormenta.

Dale mambo es también un muestrario del crisol de estilos que él define como «flow electrónico tropical». Hay electro, dance latino, reggaeton, merengue, bachata, balada y hasta batuka brasileña, en una pieza asociada a ese Mundial de Fútbol que tantas decepciones deportivas y musicales generó. Ninguno de sus himnos alcanzó las expectativas; salvo el de Alemania, claro está.

Precisamente, también a este país habían llegado los Rayos de sol de Henry Méndez. Alcanzó el número uno en 10 países. «En Francia fue una locura», recuerda. «Hicimos una gira de más de 30 fechas sold out y hasta aprendí un poco de francés para poder dirigirme al público».

No debió costarle a alguien capaz de aprender todo tipo de oficios hasta que por fin pudo vivir de la música. Fue entrenador de fitness, técnico en nutrición, responsable del control de calidad de una empresa exportadora de piezas de aluminio y, antes de reventar las pistas de baile, pasó noches y más noches trabajando en el obrador de una pastelería.

Teniendo en cuenta que el merengue es el estilo musical más famoso de la República Dominicana ¿qué tal se le daba hacerlos? «Me salían buenísimos», dice riendo. «Pero allí a este tipo de dulce no les llamamos merengues, sino suspiros».