días de baile y música para la diva estadounidense

La larga fiesta de Madonna

La reina de pop prolonga en Eivissa el sarao que celebró en Cannes por su 56º cumpleaños

EN CANNES. Unos animadores.

EN CANNES. Unos animadores.

FERRAN IMEDIO
BARCELONA

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después de la tormenta siempre viene la calma. Y Madonna, antes de su larga, larguísima fiesta de cumpleaños, colgó ayer la foto de un acantilado de Eivissa. «La calma antes de la tormenta», escribió. Luego se metió en la discoteca DC-10 para correrse una juerga -otra más- con sus amigos y familiares. Un sarao que ya había comenzado días atrás en Cannes y que se prolongó en el establecimiento balear porque había motivo: su 56º aniversario. Aunque, para la ambición rubia, la excusa es lo de menos, porque también estuvo semanas atrás disfrutando de la noche de la Costa Azul con otras celebridades como Bono, el líder de U2.

Pero en el caso de su cumpleaños (16 de agosto) quiso que todo el mundo se enterara de lo bien que se lo pasó, especialmente en una mansión de Cannes, ya que dejó testimonio en su cuenta de Instagram. No fallaron ni su familia ni sus amigos. Su hijo pequeño, David Banda, posó ante su cámara vestido de época, igual que Mercy, también adoptada en Malaui por la artista. La primogénita, Lourdes León, ukelele en mano, cantó para los invitados con su madre. No faltó su nuevo novio, también joven, también bailarín, Timor Steffens. Kate Moss y los diseñadores Riccardo Tisci (Givenchy) y los gemelos Dan y Dean Caten (Dsquared) acudieron como se les pedía: disfrazados como en los años 20.

MOSS, DICAPRIO, GALLAGHER, RONALDO... / La diva bailó en la pista como una clienta más, aunque sus guardaespaldas no le quitaron ojo. Tampoco el resto de clientes, a pesar de que están acostumbrados a bailar junto a estrellas mundiales como Leonardo DiCaprio, Kate Moss, Noel Gallagher, Ronaldo (el exjugador de Barça y Madrid).... Todos ellos han pasado en las últimas semanas por las fiestas Circo Loco, que llenan cada lunes DC-10 con sus sesiones de música de baile electrónica y underground que ha lanzado las carreras de muchos discjockeys. Una fama que se ha granjeado durante 16 años y que puede calificarse de planetaria, como otras marcas tipo Pachá, Space y Amnesia, que ha llegado a las páginas de publicaciones como The New York Times.

Los responsables de la discoteca y de las sesiones Circo Loco, que reúnen a una veintena de pinchadiscos entre las cuatro de la tarde y las cuatro de la madrugada del día siguiente, se mostraron muy celosos  de la privacidad de Madonna, prohibiendo al público hacer fotos. Pero en la época de móviles y redes sociales, su intención es lo más parecido a querer ponerle puertas al campo. Ayer ya circulaban unas cuantas imágenes de la intérprete de La isla bonita en la pista de baile.

De poco sirvieron las medidas de seguridad que se despliegan en torno a ella, propias de un presidente de gobierno. De hecho, su equipo visita la disco horas antes para saber cómo es el privado que va a ocupar, cuál es el camino al lavabo, con quién se puede cruzar si sale de esa zona... Y no solo el local al que acaba yendo, sino los que descarta, como ocurrió con Space Ibiza el lunes por la tarde (había avisado a Dita von Teese, que actuaba aquella noche, de que iría a verla).

Madonna llegó a DC-10 a eso de las 11 de la noche, y estuvo unas tres horas disfrutando de la música con Lourdes León, que está a punto de cumplir 18 años (los hará el próximo mes de octubre) y apura sus días de vacaciones antes de ingresar en la universidad, probablemente la de Michigan.

UNA MANSIÓN EN CALA CARBÓ / Tras la fiesta, algunas fuentes sitúan a la diva de vuelta a Cannes (se habría largado en avión, tal como había llegado a la isla). Otras, en la mansión que ha alquilado en Cala Carbó, donde unas semanas antes habían estado alojadas Kate Moss y Naomi Cambpell. En cualquier caso, descansará tal vez para seguir de fiesta.