AUTOR MEDIÁTICO

Juan del Val: "Yo no iba a buscar el morbo"

El escritor y marido de Nuria Roca habla del revuelo montado por su novela 'Parece mentira'

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Luis Miguel Marco / Barcelona

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El periodista Juan del Val afronta con ganas y un café solo otro día más de promoción de 'Parece Mentira' (Espasa), la novela que ya por la tercera edición y que presenta a un tipo, Claudio, que es él y donde describe capítulos claves que han marcado su vida, sin escatimar el sexo, que siempre se le dio bien. Es la novela que narra también la relación abierta de Claudio con Julia, en realidad la que dice mantener Juan con la comunicadora valenciana Nuria Roca, su esposa desde hace 17 años, madre de sus tres hijos y compañera de trabajo. 

-Se lo pregunto de entrada. ¿Ha jugado con el morbo para vender más ejemplares?

-En absoluto. Yo no soy tonto. Yo entiendo que una novela, como cualquier otra cosa que pretendes que llegue a la gente, tiene que darse a conocer y eso ha ayudado. Ahora bien, yo no iba a por el morbo. Y eso es demostrable. Fuimos al programa 'El Hormiguero' Nuria y yo juntos porque somos amigos de Pablo Motos y hemos ido otras cuatro veces. Y todo se disparó simplemente por decir que la fidelidad está sobrevalorada, algo que, por cierto, ya habíamos comentado otras veces. Desde ese momento nos han ofrecido mucho dinero a los dos juntos por ir a ciertos programas de televisión, y hay pocos que paguen mucho, así que ya sabe por dónde voy. Seguro que con los dos en un plató se hubiera hablado mucho más de la novela, pero no hemos querido entrar a trapo, por supuesto.  

-¿Por qué ha jugado la carta de la ficción si es todo casi real?

-Porque yo creo que es una novela que se defiende más allá de quién soy yo, que es algo que no debería importarle a nadie. Y eso te permite jugar con otras cosas. Si uno hace una biografía o unas memorias tiene que comprometerte con los hechos y dar nombres y apellidos y esto no era viable por una serie de razones obvias. Digamos que Claudio soy yo aunque todo lo que le pasa a Claudio no me ha pasado a mí exactamente igual.

-Es la novela de un vago, asegura usted.

-Eso es porque he ejercitado menos la imaginación que la memoria.

-Su padre le ha recriminado por el sexo. 

-Es un señor muy singular, con mucho sentido del humor. "Has escrito muchas escenas de sexo, pero yo lo entiendo, porque así venderás más", me ha dicho.

-La escena tántrica está muy lograda. ¿Le cuesta abordar esas escenas?

-Esa ha gustado mucho. Yo el sexo lo encaro desde el respeto, aunque sean páginas subiditas, como dice mi padre. Todos los personajes están tratados con bastante respeto. Quizá el peor parado sea yo, aunque yo no soy mucho de juzgar a nadie.

-Pues a usted y a Nuria Roca sí les han juzgado. ¿De forma hipócrita?

-Es evidente. De todas formas hay que puntualizar ciertas cosas. La inmensa mayoría de los comentarios, 9 de cada 10, son de respeto total. Luego las redes, y tras las redes los medios, se hacen eco de las descalificaciones para construir una noticia con esa muletilla del arden las redes, para que los lectores sigan clicando, no nos engañemos. Le damos mucha relevancia a cosas que no la tienen. El arden las redes no es verdad.

-Pero crea una realidad paralela.

-Absolutamente. Pero la realidad no está en Twitter, está en la calle. Por eso la siguiente reflexión: creo que las redes nos están convirtiendo en cobardes. ¡Ay!, no voy a decir esto no vaya a ser qué... Es que si escribo esto ya verás la que me va a caer. Y eso es un problema, sobre todo para la gente que crea. Si tú eres un cómico, un guionista, un presentador o alguien que escribe no puedes ser un cobarde, no te puedes autocensurar.  

-¿Entonces no se imaginaba tanto revuelo con eso de que la fidelidad no va con ustedes?

-Para nada. Si es que aquí juzgamos a la gente más por las palabras que por los hechos. A mí no me parece tan tremendo. Miras a tu alrededor y piensas: 'pero qué me estás contando'. Si es que cada uno al final vive como le da la gana y hace lo que puede. De verdad no hay que darle tanta importancia. Tolerancia y respecto. 

-No conozco otro hombre más femenino que yo, escribe. ¿Explíquese?

-Yo tengo una apariencia muy varonil, muy heterosexual, pero las mujeres que me conocen saben que tengo también un punto muy femenino, no de vestirse ni de fetiches, nada de eso. Soy sensible sin ser cursi, porque los cursis me ponen muy nervioso. Un amigo gay dice que soy "muy heterito". Y las mujeres me fascinan, sí.

-La suya está claro. Nuria Roca fue leyendo el original por entregas o se esperó al final.

-Iba leyendo y le iba gustando. En algunos momentos preguntaba más y en otros no preguntaba absolutamente nada. Pero la novela le han encantado, a ella y a la gente que me rodea.

-Confiesa que no lee libros. ¿No teme que se le echen encima otros escritores? 

-Es que me da igual. Le advierto que yo leo un pelín más que Claudio, mi personaje. Y claro que quiero que me lea cuanta más gente, mejor. Yo no digo eso tan pedante de que escribo para mí. Lo que reivindico también es que mucha gente cree que cuanto más lees, mejor piensas y eso no siempre es cierto. Conozco gente que no lee nada y es muy interesante; y al revés.

-¿Mejor el diván de psicoanalista que los libros?

-Hombre. Han sido seis años de psicoanálisis. Y entiendo que haya gente a la que no le haya funcionado o lo hayan dejado por cansancio. Pero yo podría decir como el Claudio de la novela: 'A mí el psicoanálisis me salvó la vida'. O al menos hurgar en mi cabeza me ha ayudado a estar donde estoy.

EL rey del antiinstagram

Postureo con Juan del Val poco. Para muestra su Instagram, donde advierte a sus recién conseguidos 60.000 seguidores: "Aquí solo habrá fotos reales. Nada de filtros, nada de poses, nada de vida idílica. Tal cual salga, tal cual es". Mientras que 'it girls' e 'instagramers' han hecho de esta red incluso la forma de ganarse la vida –con resultados desiguales, todo hay que decirlo– él es el 'antiinstagramer' de moda. El marido de Nuria Roca, casi sin proponérselo, está haciendo carrera riéndose precisamente de sus quehaceres diarios o de esas fotos y poses en que todo es maravilloso. Dulceida tiembla.

-¿Instagram está haciendo también mucho daño?

-Es lo que decía antes. Parece que es más importante lo que se ve que lo que pasa. Y eso es muy triste. 

-¿Cómo empezó a colgar esas fotos tan poco estéticas y sin filtros?

-Pues yo no quería reivindicar nada. Lo hice para meterme con Nuria [Roca] y su Instagram precisamente. Es que yo creo que los 'instagramers' son mentira por definición. Si tú te lo estás pasando bien en un bar de verdad, ¿vas a perder el tiempo sacando el móvil y haciéndote una foto? 

-¿Hay que tomarse más en broma?

-Hay que reírse de casi todo, pero con respeto. 

-Por cierto, sigue despertándole el secador de pelo de Nuria de buena mañana?

-Ahora se ha comprado uno más silencioso. Aún así, sí.