LA SEGUNDA VIDA DE UN ACTOR

El 'binguero' se pone serio

Fernando Esteso, que tanto hizo reír a España en los 70 y 80, da un giro radical a su carrera con su personaje de 'Incerta glòria'. Es el segundo papel dramático que aborda el cómico, al que muchos ya habían olvidado.

MOLINERO DE FICCIÓN . Fernando Esteso, en su personaje de 'Incerta glòria'.

MOLINERO DE FICCIÓN . Fernando Esteso, en su personaje de 'Incerta glòria'. / LUCÍA FARAIG

OLGA PEREDA

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Agustí Villaronga se ríe cuando alguien le dice que 'Incerta glòria' -su último trabajo, estrenado el viernes- es «una película de Esteso». Puede chocar a muchos, pero el cineasta de culto ha reclutado a Fernando Esteso (Zaragoza, 1945) para dar vida a uno de los personajes de su adaptación de la novela de Joan Sales sobre la guerra civil. El actor da vida a un molinero angustiado con sacar adelante a su familia en el frente de Aragón. ¿El protagonista de 'Los bingueros' se pone serio? ¿El humorista con el que España entera se rió a finales de los 70 y los 80 nos pone el corazón en un puño? Sí. 

«Esteso es aragonés y tiene una cosa muy de la tierra. Me sorprendió que fuera tan sensible, educado y culto. No es alguien que esté contando chistes todo el rato», afirma el mallorquín, cuya generación, para bien y para mal, está marcada por el cine de aquella época, el de Mariano Ozores, que «no era un cine erótico, solo salían tías en pelotas», en definición de Andrés Pajares, pareja profesional de Esteso y con el que creó un auténtico subgénero. Taquilleros donde los haya, a ambos les gusta recordar de vez en cuando que 'Los bingueros' aguantó más tiempo en los cines que 'La guerra de las galaxias'. «El Goya de Honor a Mariano Ozores es de las cosas más bonitas que me han pasado en mi vida profesional», aseguró el zaragozano el año pasado.

DEBUT CON DOS AÑOS

Esteso -que no es precisamente Adonis y mide 1,60- lleva toda su vida actuando. Y haciendo reír. Debutó con dos años en la compañía de variedades de sus padres. Con cuatro se transformó en Augusto, el payaso que siempre recibía los golpes. Y con 13 pidió permiso al gobernador civil para sacarse, en Barcelona, el carnet de artista. Con 19 se trasladó a Madrid, donde coqueteó con el teatro. Su época dorada llegó con los 70, donde entró en las casas a través de la televisión. Números humorísticos como el de Coñac La Parra («el que lo bebe la agarra») hizo que su rostro se convirtiera en uno de los más populares del país. 

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'Los bingueros', 'Los chulos', 'Los liantes' y 'Padre no hay más que dos', entre otras, son películas que forman parte de la memoria sentimental de España. Eran los reyes del humor blanco. «No ofendíamos a nadie», según Esteso. «Andresito (Pajares) era un poco más sinvergüenza que yo, pero a mí me tocaba poner cara de asombrado ante una mujer desnuda. Mientras, yo pensaba en el día del estreno con mi mujer y los niños al lado. La patada bajo la butaca no me la quitaba nadie», confesaba hace años.

UN CACHÉ MUY ALTO

Se ganaron el afecto del público y unos cuantos millones. «Cobrábamos más que nadie en aquel momento», confesó la pareja artística, cuyo caché rondaba el medio millón de pesetas por película.

Esteso y Pajares abandonaron el barco porque se dieron cuenta de que estaban haciendo siempre «la misma película con diferentes guiones». A Pajares le brindaron oportunidades serias, como '¡Ay, Carmela!' (Carlos Saura) y 'Bwuana' (Imanol Uribe). Pero Esteso -que no solo había sido el rey del cine sino también de la música con 'La Ramona'- cayó en el olvido.

En 1993 fue fichado por Tele 5 para presentar 'La ruleta de la fortuna'. Tiempo más tarde, la cadena prescindió de sus servicios por «deterioro físico y mental». El asunto llegó a los tribunales y Esteso recibió una indemnización de 200 millones de pesetas. Al protagonista de 'Pepito Piscinas' -olvidado por un país que le había encumbrado años antes- le recuperó su amigo Santiago Segura para la saga de Torrente. En 2014, por fin, descubrimos su lado dramático. Fue en 'Blockbuster', donde se interpretó a sí mismo.

La actuación no es el único terreno en el que se ha movido. También en la hostelería, los negocios inmobiliarios y el motociclismo. Todo un hombre orquesta.