LA ESTRELLA DEL CINE X VUELVE A BARCELONA PARA REANUDAR SU CARRERA COMO VOCALISTA

Del porno a la música

Marco Banderas, actor erótico de éxito, quiere triunfar como cantante

Arriba, Marco Banderas en Barcelona. Abajo, junto a su mujer, Lisa Lee, y en el estudio de sonido.

Arriba, Marco Banderas en Barcelona. Abajo, junto a su mujer, Lisa Lee, y en el estudio de sonido.

SERGIO SILVA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«El rey del porno latino» y «el Superman del porno» son solo algunos de los apodos con los que AVN, la revista de referencia en la industria de cine adulto, ha bautizado a Marco Banderas. Un uruguayo que se crió en Barcelona con el sueño de convertirse en cantante y terminó triunfando en el porno. Cansado de la rutina, Banderas vuelve a la que considera su ciudad para retomar su carrera como cantante y realizarse por fin.

«Yo siempre me he sentido cantante. A los 5 años me pasaba el día cantando y con 7 o 8 ya imitaba a Julio Iglesias», recuerda el actor, que explica que empezó su carrera como solista en el Teatre Victòria. «Luego me pasé casi 10 años actuando en cabarets, clubes y orquestas», continúa Banderas, que por aquel entonces ni se planteaba dedicarse al cine X. «Conocí a Nacho [Vidal] a través de una amiga, nos llevábamos bien, pero nunca le dije 'quiero ser actor porno'», asegura el intérprete, que poco después empezó a trabajar en la sala Bagdad. Como Vidal, Banderas también se metió en esa «escuela del porno», como él la llama, junto a su pareja, la también actriz pornográfica Lisa Lee. «Nos gastamos mucho dinero en casarnos y en la luna de miel. Cuando regresamos ya no habían tantas galas y había que pagar las facturas», explica el artista, que recuerda con humor sus inicios en la emblemática sala de variedades.

UN DEBUT ACCIDENTADO / «El primer día Lisa y yo hicimos una prueba delante de la dueña y no funcioné», confiesa Banderas, que salvó su debut aquella misma noche con un viejo truco. «Yo puedo eyacular sin tener una erección, así que me puse de pie, lo hice y la gente empezó a aplaudir. Creyeron que aquello era el número». A partir de entonces, todo fue rodado. Estuvieron haciendo tres funciones por noche durante dos años, una rutina que les ayudó a adquirir  una destreza que no pasó desapercibida para la industria norteamericana, que pronto les invitó a mudarse a Los Ángeles. «Allí llegué a hacer siete escenas el mismo día sin descanso», explica orgulloso el actor, que tiene muy claro que, como en cualquier trabajo, su buena técnica ha sido el secreto de su éxito en el porno. «Yo ya he cumplido el sueño americano. Ahora quiero hacer realidad el mío y triunfar como cantante en mi propio país», reivindica Banderas.