LA ACTRIZ, DE PADRE CORDOBÉS Y MADRE SUECA, PROTAGONIZA LA PELÍCULA DE JAIME ROSALES

De camarera a nueva estrella del cine 'indie'

'Hermosa juventud' confirma el talento de la actriz Ingrid García Jonsson

Ingrid García Jonsson, la semana pasada, en los cines Princesa de Madrid.

Ingrid García Jonsson, la semana pasada, en los cines Princesa de Madrid.

OLGA PEREDA
MADRID

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Es el nuevo y espectacular rostro del cine español. Hablaremos de ella, seguro, en los premios Goya. A sus 22 años, Ingrid García Jonsson (de padre cordobés y madre sueca) es toda una actriz, capaz de comerse la cámara en el nuevo trabajo del cineasta Jaime Rosales, Hermosa juventud, un demoledor retrato sobre los jóvenes españoles y su falta de futuro. La película se estrenó el viernes tras su paso por el festival de Cannes. Vestida de negro y pisando la alfombra roja del certamen más importante del mundo, la joven se acordó de sus padres y pensó que, por fin, el tiempo le había dado la razón. Eso sí, una actriz puede estar en Cannes y, sin embargo, trabajar de camarera y no tener dinero para pagarse las tasas universitarias. Bienvenidos a la vida de la nueva musa del cine indie.

La madre de Ingrid es escultora y el padre, fotógrafo. Ambos le recomendaron entrar en el conservatorio. «Para la música soy negada, pero entré por los pelos en danza», comenta. Un profesor vio en ella aptitudes para la interpretación y le recomendó entrar en una escuela. ¿Actriz? A los padres no les gustó en exceso la idea. Pero ella se salió con la suya. Al cumplir los 18, quiso matricualrse en Bellas Artes, pero los padres optaron por recomendarle «una carrera de provecho»: Arquitectura. «Fui compatibilizando los trabajos que me salían de actriz con los estudios. Hasta que conseguí una beca y me fui de casa», explica.

Tras aparcar la carrera universitaria, Ingrid se encontró estancada hace seis años. «Ya está. Se acabó mi sueño. Me vuelvo a Sevilla [nació en Suecia, pero se crío en Sevilla junto a sus padres] y termino Arquitectura», pensó. En ese momento, sonó el teléfono con una oferta laboral: participar en una serie de éxito de la televisión argentina: AliadosIngrid volvió a recuperar fuerzas y a pensar que actuar era lo suyo.

DESDE LOS 16 AÑOS / Televisión, publicidad, teatro y webseries fueron rellenando el currículo de la joven, cuya representante llamó un día con un notición: hacer una prueba con Jaime Rosales, todo un francotirador del cine español (Las horas del día, Sueño y silencio). «No tenía muchas esperanzas, pensé que no se la colaría. El personaje de la película era una chica de barrio sin estudios. Aunque, hombre, yo llevo trabajando desde que tengo 16 años y manteniéndome a mí misma desde los 18. Sé lo que es trabajar, ser pobre como las ratas y salir adelante», confiesa Ingrid, que, por supuesto, consiguió el papel de Natalia, una chica que decide rodar una película porno junto a su novio para ganar algo de dinero. Ella está embarazada y ambos están condenados a tener trabajos de mierda toda su vida.

La actriz -que habla castellano, inglés y sueco- cruza los dedos para que la excelente Hermosa juventud sea el inicio de una potente carrera en cine. De momento, sigue trabajado como camarera. «Podría no hacerlo porque tengo ahorros. Pero mentalmente, después de la película, necesitaba volver a trabajar. Mi personaje se me había metido demasiado dentro».

Los padres de Ingrid, por fin, babean con su hija actriz. «Tienen una colección de recortes de prensa. Para ellos fue impresionante verme en Cannes», se emociona la joven. «En todo caso, me siguen dando la tabarra para que termine la carrera de Arquitectura, pero ahora mismo ni tengo tiempo ni me lo puedo permitir económicamente. Como he repetido asignaturas, las tasas me salen por 3.000 euros». Y eso que estudia en la universidad pública.